En distintas partes del mundo se empieza a acercar el verano y con ello las altas temperaturas. Dependiendo de la zona en la que vivas o lo habituado que tengas el cuerpo al calor, realizar tus rutas de ciclismo montaña puede suponerte un auténtico suplicio.
No queremos que tu pobre bici se quede en un rincón, ni tú en el sofá todo el día. Por eso te damos 7 consejos para que puedas afrontar de la mejor manera estos cálidos meses y no dejar de disfrutar de tu afición.
1. MADRUGA O SAL A MEDIA TARDE
Vale, puede que tu trabajo no te permita madrugar más de lo necesario, o que tus obligaciones no te dejen todo el tiempo del mundo. Pero salir en las horas centrales, cuando más calor hace, no es una buena idea salvo que te estés preparando para una prueba en el desierto. Si tu cuerpo no está habituado a las altas temperaturas y lo sometes a un estímulo tan fuerte de primeras, lo único que lograrás es un peor rendimiento, cansancio y deshidratación.
Al rodar al alba, probablemente el día te acabe cundiendo más. Asimismo, es una maravilla pedalear con esa luz dorada que realza los colores de la montaña. Muchas veces se nos pegan las sábanas, pero es una pena perderse un evento tan mágico y tan distinto cada día. Disfrutar de un bello amanecer sobre tus pedales cargará tu energía al máximo para el resto del día.
Pero vale, si adoras la cama más que a tu bicicleta, salir a rodar a media tarde también te evitará las horas más calurosas del día, ya que las temperaturas empezarán a descender suavemente. Estirar tu salida hasta el anochecer te otorgará la oportunidad de presenciar la puesta de sol y te irás a cenar con una sonrisa de oreja a oreja.
2. ANÍMATE CON LAS RUTAS NOCTURNAS
¿Has probado alguna vez a salir de noche con tu bicicleta? Evidentemente, no te pedimos que vayas a ciegas, agarra unos focos, linternas o un mechero y unas velas y lánzate a la aventura.
Endurear tras el atardecer tiene muchas ventajas. Cuando subes un rampón, no vislumbras el final. No sabes con certeza cuánto te queda para coronar, así que te concentras en la pedalada, en tu respiración, en el momento presente. Es un entrenamiento perfecto para tu mente.
Cada trayecto, aunque lo hayas realizado cinco mil veces, cambia con la oscuridad. El juego de sombras te harán creer que hay una piedra más grande donde antes no la recordabas, o un agujero enorme, poniendo a prueba todos tus sentidos para acertar con la mejor trazada. Entrenarás tu intuición, y confiarás en tu bici más que nunca.
Si no tienes suficiente nivel, o nunca antes has rodado de noche, siempre puedes empezar haciéndolo por caminos más anchos, o eligiendo noches despejadas en las que la fase de la luna esté más avanzada para mayor claridad. Elige un buen foco, tener más luz te dará más confianza. Nuestra recomendación es utilizar uno para el manillar con un mínimo de 1500 lumens, y otro foco o una linterna de 1000 lumens en el casco que encenderás sobre todo en los descensos, ya que si necesitas anticiparte a dar una curva, la linterna girará cuando tú muevas la cabeza y será más seguro. Ojo con los tiempos de uso, vigila que la carga de la batería te valga para toda la ruta, no querrás descender a ciegas por una trialera.
3. ESCOGE DÍAS NUBLADOS PARA RODAR
Lo del calor no va contigo, el sol abrasador del verano se te hace infernal de soportar. No puedes optar por salir al amanecer ni a últimas horas de la tarde, ni tampoco de noche. Ánimo, no está todo perdido. Aprovecha esos días nublados en los que Lorenzo (así llamamos en España al sol) da un poco de tregua. Incluso puede que se escape alguna gotilla y te refresque.
¿Y por qué no salir lloviendo? ¿O a pisar charcos? Seguro que pasas un rato muy divertido y agradable haciendo memoria de cuando eras una pequeña criatura con una amplia sonrisa del placer que te ofrecía el sonido golpeando cada charco con tus botas de agua.
Además, te sirve de entrenamiento para esas competiciones o salidas en barro, ya que aprenderás a manejar mejor tu bici y visualizar la trayectoria de las ruedas.
4. TEN MUY EN CUENTA LA HIDRATACIÓN Y LA REPOSICIÓN DE SALES MINERALES
Realizar ejercicio intenso cuando el calor aprieta significa poner tu cuerpo al límite. Asegúrate de llevar agua contigo e incluso disponer de alguna fuente durante tu ruta. Pero como comentábamos en nuestro anterior artículo de 7 consejos para tus entrenamientos de ciclismo de montaña, la hidratación es fundamental.
Es altamente recomendable añadir electrolitos a través de suplementos o del uso de sal (preferiblemente rosa, maldon o yodada no refinada) para evitar problemas asociados a la pérdida de minerales como fatiga, calambres, dolores de cabeza, bajadas de tensión, etc. Procura descansar al día siguiente si notas alguno de estos síntomas y ponle remedio con la alimentación.
5. BUSCA RUTAS QUE INCLUYAN SOMBRA O AGUA
Elige una ruta que incluya varios tramos de bosque. Si estás en España por ejemplo, no vayas a las Bárdenas Reales a las tres de la tarde de un día de agosto. El cuerpo agradece esos ascensos al cobijo de la sombra, los tramos de sol resérvalos para las bajadas, el airecito te refrescará mientras disfrutas del descenso.
Y ahora que mencionamos el aire, salir en días ventosos, puede suponerte una ventaja o un inconveniente. Seguramente una brisa fresca te aliviará, pero luchar contra el dios Eolo afrontando un duro ascenso no es algo que desee la mayoría de quienes disfrutamos del ciclismo de montaña.
Si tienes posibilidades de incorporar ríos, embalses o lagos en tus rutas veraniegas, no te lo pienses y hazlo. Poder realizar una pequeña parada para quitarte las zapatillas y las rodilleras y refrescarte metiendo los pies en el agua (¡o el cuerpo entero!) bajará tu temperatura corporal y te dará vida.
6. ELIGE BIEN TU EQUIPACIÓN
Hoy en día el mercado de ropa específica para ciclismo de montaña es enormemente amplio. Hazte con alguna prenda técnica ligera que te ayude a evacuar el sudor y sobrellevar mejor las altas temperaturas.
Reconocemos que las rodilleras son un horror en esta época del año, pero no prescindas de ellas, ya que son para tu seguridad. Como siempre aconsejamos, bájatelas a los tobillos en los ascensos. También puedes dejarlas dentro de la mochila, o por fuera atadas con los velcros o los enganches de la propia mochila y colocártelas antes de empezar el descenso. Si usas coderas, procede de igual modo.
Lo mismo ocurre con el casco, da calor, sudas, te falta aire… Aunque hoy en día los cascos de Enduro vienen bastante preparados siendo ligeros y teniendo buenas ventilaciones, entendemos que pueda llegar a agobiarte. Átalo al manillar, a la mochila si no puedes con él durante las subidas, y póntelo de nuevo antes de afrontar la bajada.
7. UTILIZA PROTECTOR SOLAR
Si bien pensamos que lo ideal es exponerte al sol paulatinamente durante el resto del año para que la piel se vaya acostumbrando a la incidencia del sol y no quemarse, puede que no hayas tenido oportunidad hasta ahora y sean los primeros rayos de sol que tomas. Así que te recomendamos que utilices protector solar. Puedes adquirir uno específico para el deporte, resistente al agua, transpirable, menos pastoso y untuoso que el típico de toda la vida que llevas a la playa. Échate antes de la ruta, y llévalo contigo si lo consideras necesario.
Ahora sí, a disfrutar del verano
Como ves, te hemos dado varios consejos para afrontar tus rutas endureras en verano. Ahora está en tu mano si decides ponerlos en práctica. No te sientas mal si prefieres olvidarte de la bici y disfrutar más de otros deportes acuáticos. Haz lo que más te plazca y te apetezca, total, tu bici va a estar esperándote desde ese rincón.
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