En uno de nuestros anteriores artículos hablamos de elegir entre una bici de montaña rígida o de doble suspensión para tus salidas de enduro. Si has decantado tu balanza hacia la doble, ahora es probable que estés decidiendo entre un amortiguador de aire o uno de muelle. Si este es tu caso o simplemente por curiosidad, sigue leyendo para saber más.
¿Qué es un amortiguador o shock?
El amortiguador es el componente de la suspensión trasera encargado de suavizar el movimiento de rebote hacia arriba y hacia abajo de la bicicleta de doble suspensión en terrenos irregulares a través de un proceso conocido como amortiguación. Esto se traduce en una mejor absorción de impactos, ayudando en zonas técnicas a mantener mayor contacto entre la cubierta y el terreno y por lo tanto un mejor control y tracción de tu bicicleta.
Un amortiguador está formado por dos elementos:
- Un muelle neumático o helicoidal.
- Un cilindro hidráulico que se encarga de la amortiguación, alojado en el interior del amortiguador o en un cartucho externo. El cartucho externo proporciona mayor confiabilidad en los descensos más exigentes al tener más volumen de aceite.
Suspensión trasera con amortiguador de aire
En su interior nos encontraremos una cámara de aire que se comprime o expande cuando el amortiguador trabaja en el terreno.
Si bien en tiempos anteriores el correcto funcionamiento de un amortiguador de aire se comprometía al calentarse demasiado, hoy en día presentan un muy buen rendimiento además de mostrar un funcionamiento más progresivo.
Sin embargo, y aunque el “tacto” es inferior al que otorga un amortiguador de muelle, es cierto que cada vez avanzan en tecnología. Mediante el uso de tokens o reductores de volumen en el cilindro, podrás ajustar y lograr un comportamiento muy suave y progresivo, aunque nunca igual al de muelle.
Se puede conseguir el spring rate o índice de elasticidad del amortiguador fácilmente. Esto quiere decir que es muy sencillo regular la presión necesaria para adaptarse tanto a tu peso como al terreno por el que te mueves. A través de una válvula y una bomba de aire puedes regular la presión de aire hasta lograr aquella que se ajuste más a tus exigencias.
Tener ciertos ajustes añadidos al volumen de aire, como el rebote y la compresión, ayuda a que te aproximes más aún a la sensación que buscas. Sin embargo, esto supone un mayor desembolso de dinero, asegúrate de que realmente lo necesitas.
Por el momento los amortiguadores de aire son más ligeros que los de muelle, por lo que si uno de tus requisitos es el peso, sin duda es buena idea decantarte por el de aire.
No obstante, deberás tener en cuenta que exigen mayor mantenimiento al disponer de más juntas tóricas y piezas de desgaste.
Otra de las desventajas de este sistema es que la temperatura afecta a la presión. Tanto si la temperatura externa es muy fría o cálida o si el uso es continuo (por ejemplo, una bajada muy larga), podría verse afectado el funcionamiento y podrías notar una disminución de la sensibilidad.
En algunas marcas es posible elegir el tamaño de la cámara de aire, pudiendo así conseguir un comportamiento más lineal (con un mayor volumen de aire) o más progresivo (menor volumen) y también evitando ese calentamiento del que hablamos debido al uso de una cámara de aire mayor.
Ventajas e inconvenientes del amortiguador de aire
Ventajas:
- Peso más ligero.
- Gran ajuste y adaptación a tu peso, a tu conducción y al terreno.
- Puedes utilizar tokens para lograr un tacto más “fino” y progresivo.
- En algunas marcas se puede elegir el tamaño de la cámara de aire.
- Un cartucho externo de aceite proporciona mayor fiabilidad.
Inconvenientes:
- Mayor mantenimiento.
- Tacto no tan “fino” o suave.
- Se ven afectados por las variaciones bruscas de temperatura.
El amortiguador de aire es ideal para ti si:
- El peso es decisivo y prefieres una bici ligera.
- Buscas tener una gran adaptabilidad al terreno.
- Te estás iniciando en este deporte.
Suspensión trasera con amortiguador de muelle
En este tipo de sistemas, un pistón comprime o empuja un muelle helicoidal para conseguir la amortiguación. Al igual que sucede con muchos de los amortiguadores de aire, tiene un cartucho con un depósito de aceite que se encarga de la compresión y el rebote. Como no tiene tantas juntas tóricas y piezas de desgaste, su mantenimiento es más sencillo que en los de aire.
Poner un muelle supone primeramente tener en cuenta la talla y geometría de la bici, la dureza del muelle (ej: 350 lbs), su longitud o carrera (ej: 65 mm) y el sag que necesitemos para nuestro peso. Sin duda, es una desventaja frente al aire, muy configurable simplemente con una bomba de alta presión.
Aunque elegir el amortiguador de muelle adecuado parezca de primeras muy complejo, el tacto que ofrece es extraordinario, otorgando gran sensibilidad y suavidad en todo el recorrido.
Un pequeño truco para averiguar cuál necesitas según tu peso es fijarte en las bicicletas ya montadas de las páginas web de las distintas marcas. Normalmente cada talla tiene calculado qué muelle le corresponde para un rango de peso estándar.
No obstante, es cierto que puede ser que compres el amortiguador pensando que es la mejor opción, y que el muelle no sea el correcto para tu peso, terreno o conducción. Podrás adquirir de manera individual este elemento para ajustarlo a tus necesidades, ya que hay una gran variedad en el mercado. También puedes disponer de varios muelles, adecuándolos a tus necesidades. No obstante, esto supone un gran desembolso de dinero.
Aunque es cierto que este sistema es más pesado, si te encuentras en muy buena forma física o tienes la suerte de que te hagan remontes seguro que no te importará ese peso extra. Además, no se produce tanta variación de temperatura como con el amortiguador de aire, pudiendo trabajar correctamente en una bajada muy larga, ya que carece de fricción.
Además, es una gran ventaja que aunque el amortiguador de muelle se rompa, podrás llegar decentemente a casa, pues al menos contarás con la sujeción del muelle. No así con el de aire, que se quedaría abajo y la rueda pegaría con el tubo de la tija.
Ventajas e inconvenientes del amortiguador de muelle
Ventajas:
- Menor mantenimiento.
- Tacto superior a la de aire, suave y con gran sensibilidad.
- Inalterable por las variaciones de temperatura.
- Aunque se te rompa durante el trayecto, siempre podrás llegar a casa.
- Facilidad para ajustar la suspensión (cambiando el muelle).
Inconvenientes:
- Mayor peso.
- Menor adaptación o ajuste, dependiendo de la dureza del muelle que elijas.
- Tener varios muelles es costoso.
El amortiguador de muelle es ideal para ti si:
- Si le darás un uso intensivo, ya que soportan mejor la fatiga.
- Buscas un tacto más “fino” y ese rendimiento puro y duro.
- Te encuentras en buena forma física o no te importa sacrificar unos gramos más por ese tacto.
- Cuentas con telesilla o posibilidad de remonte, pero no te planteas invertir en una bici de DH.
Recomendaciones finales
Si te acabas de iniciar en este deporte, creemos que es buena idea que no te compliques en exceso con la elección de un muelle. Aparte de ser más ligera, una suspensión de aire te puede otorgar todo lo que necesitas para disfrutar de una ruta de enduro. Será una tarea muy sencilla ajustarla a tu peso, a tu conducción y al terreno.
Si por lo contrario, llevas ya mucho tiempo en esto del enduro, pero no terminas de estar completamente a gusto con la forma de trabajar de tu amortiguador de aire y has probado todos los ajustes posibles, plantéate el cambio. Un muelle puede ofrecerte ese tacto que andas buscando, ya que sabrás aprovechar perfectamente las inercias y todo su rendimiento.
Una vez tomada tu elección, deberás tener en cuenta la distancia entre ejes en tu cuadro y el recorrido del amortiguador (por ejemplo: 230 x 65 mm) y la medida de los casquillos (ej: 20 x 8 mm / 30 x 10 mm). No confundas el recorrido del amortiguador con el recorrido trasero, definido por el fabricante del cuadro. Para la disciplina de enduro, el ideal podría establecerse de 150 mm a 170 mm.