¿Cuántas veces has planeado unas vacaciones o un viaje en bicicleta para recorrer una de esas rutas increíbles que viste en aquella publicación de Instagram y al regresar compruebas con lágrimas en los ojos que tu expectativa dista años luz del contenido con el que volviste a casa?
¡Bien, no desesperes, a partir de hoy tus fotos van a cambiar!
En esta entrada te presento algunos conceptos o trucos básicos que a lo largo del tiempo he ido aprendiendo y desde mi modesta experiencia he puesto en práctica con tal de evolucionar en mi carrera foto-viajera.
Esto no quiere decir que debas aplicar estos consejos al pie de la letra, ni que los tengas que aplicar todos. Son simplemente sugerencias que a mí me funcionan y hacen que mi pasión por las fotos crezca cada vez más.
Ahora si, ¿estás listo? ¡Pies a los pedales, salimos de ruta!
1. Lo esencial: ¿arco o arquero?
A menudo, y cada vez más, la gente me pregunta acerca del equipo. Cuestiones como; “¿qué cámara utilizas?” o “voy a comprarme una cámara de fotos… ¿cuál me recomiendas?” son las más habituales.
Tampoco puedo evitar escuchar conversaciones acerca de los equipos más novedosos, prestaciones y avances técnicos, especialmente entre turistas en los lugares más populares… Y es que siendo francos, cualquier cámara o equipo fotográfico de hoy día hace maravillas, por sencillo que sea. Pese a ello esto no quiere decir que teniendo un mejor equipo vayas a conseguir mejores tomas.
Está claro que el equipo siempre puede ayudar, pero si me preguntas por lo esencial, te diré que es tu OJO. Tú vas a ser el que le dé ese toque especial a la imagen, en composición, en estilo y en esa gracia particular que, ya sea con una cámara profesional o con un simple teléfono móvil seas capaz de plasmar en ella.
Considerando esta idea, la respuesta que habitualmente dejo caer ante la pregunta de, “¿cuál es la cámara que me recomiendas?” te diría: – “La que tengas”.
Ya sabes, agarra el equipo del que dispones, estrújalo hasta el fondo y saca el mejor arquero que llevas dentro. ¡Los límites te los pones tú mismo!
2. La luz lo es todo, búscala
Otra pregunta frecuente que a veces me han hecho es la de: “¿cómo hiciste esta foto?, la luz se ve hermosa.” Bien, es una pregunta que siempre me hace sonreír, porque en la gran mayoría de los casos, el acto en sí de realizar la toma, es la parte más sencilla. Simplemente consiste en pulsar el botón del disparador.
Para mí, la parte más compleja de una imagen, especialmente en cuanto a la fotografía de paisaje se refiere, no es otra que la de ser capaz de atrapar la luz adecuada en el momento y el lugar preciso. En otras palabras, el auténtico reto consiste en estar ahí a la hora adecuada para pulsar ese botón mágico.
Acampar en lugares remotos, pedalear por lugares insólitos, exponerte al frío, a la lluvia, a la multitud o a la soledad o pedalear la bicicleta hasta el anochecer sin saber dónde pasarás la noche con tal de poder capturar ese maravilloso amanecer o aquella irrepetible puesta de Sol. Sí, todo eso para tan solo ser capaz de apretar ese dichoso botón, a su hora y en su lugar.

3. Encuentra tu perspectiva, posiciónate
Un aspecto fundamental que siempre pasa por mi cabeza antes de hacer una foto es el de decidir el punto de vista. Lo más habitual al manipular una cámara es sostenerla a la altura de los ojos y ¡clic!, disparar.
Sin embargo, es increíble el número de ángulos y puntos de vista diferentes que podemos capturar si le damos un par de vueltas a la escena. Muchas veces, una perspectiva diferente, fuera de lo habitual, puede elevar tu foto al siguiente nivel. ¡Despierta tu creatividad y muévete!

4. Conoce tu equipo
Sea cual sea el equipo del que dispongas para hacer tus fotos, intenta aprovecharlo al máximo. Seguro que hay más de un botón y varias funciones que nunca supiste para qué sirven.
Bien, ha llegado la hora de descubrirlo. Desempolva el olvidado manual y mírate todos aquellos sabrosos tutoriales online. Investiga y redescubre esa caja mágica que quizás tienes entre manos, solo así serás capaz de aprovechar todo su potencial y acercarte más, y con más confianza, a esos fotones que te esperan.

5. Lleva tu cámara siempre contigo y bien a mano
Muchas de las mejores fotos jamás realizadas provienen de escenarios y situaciones creadas de manera fortuita, es decir, no avisan. Estas se suelen dar en momentos puntuales y la probabilidad de que se vuelvan a repetir es prácticamente imposible.
Teniendo este factor en cuenta el tema se convierte en un mero problema de estadística. Mientras más tiempo lleves tu cámara contigo, más posibilidades tendrás de que cuando uno de esos increíbles momentos se te cruce por delante, estés listo para retratarlo.
En este sentido y retomando la cuestión de cuál es la mejor cámara para uno, me atrevería a responder que en la mayoría de ocasiones pasa a ser el propio teléfono móvil, ya que pasa la mayor parte del día pegado a nosotros. Bien, mejor dicho, nosotros pegados a él.

6. El saber no ocupa lugar, todo suma
Pese a ser autodidacta e ir aprendiendo poco a poco desde la práctica, el conocimiento puede ser tu mejor aliado. Como ya habrás escuchado, el saber no ocupa lugar y, sin duda alguna, te va a ayudar a progresar de una manera más rápida y eficaz.
Conceptos básicos acerca de composición, teoría del color, puntos de fuga, regla de los tercios y mil más que encontrarás en internet, libros y otros medios le darán ese toque especial a tus fotos. Al fin y al cabo, ese toque especial es el mismo que logra engancharte a todas esas imágenes que te dejan boquiabierto en las redes sociales. Exprime todas esas ideas y pregúntate sus porqués. Te harán que el mundo de la foto te enamore cada día más, ya lo verás.


Ejemplo de la aplicación de la regla de los tercios.
7. Dota a tus fotos de profundidad
Al jugar con la profundidad lograrás que tus imágenes cobren vida y resulten más originales. En mi caso particular, suelo pensar o componer mis fotos en diferentes capas o niveles de profundidad. De esta manera logro que aparezcan diferentes elementos de la fotografía en distintos planos.
Al planear tu fotografía podrás determinar qué elemento quieres que sea el principal y así potenciarlo con la iluminación, el enfoque o mediante cualquier otro recurso creativo que se te ocurra.
Utiliza encuadres con objetos desenfocados en primer plano o el clásico efecto Bokeh. Estos son tan solo un par, de mil trucos, que harán cobrar vida a tu fotografía.
8. Piensa en la foto final que quieres, utiliza herramientas de edición, dispara en RAW
A medida que vayas avanzando en esto de la fotografía irás asimilando y archivando un montón de técnicas y trucos que te facilitarán la vida. En mi caso, suele suceder que cuando pongo el ojo en el visor ya me he imaginado previamente la foto que estoy buscando. Es decir, disparo con cierta INTENCIÓN.
Para ello y por poner un ejemplo: es habitual que dispare mis tomas ligeramente subexpuestas. Sí, has leído bien, oscuras. El motivo de ello radica en que sé que al editarlas me va a ser mucho más fácil iluminar las partes oscuras de la imagen que oscurecer las partes sobreexpuestas.
Por otra parte, si tienes pensado editar tus fotografías es fundamental que dispares en formato RAW. Este tipo de archivo te va a permitir almacenar mucha más información con la que poder jugar posteriormente en tu software, aunque inevitablemente tendrás archivos más pesados que ocuparán más espacio en tu tarjeta de memoria.


Ejemplo de fotografía RAW sin editar (izquierda) y editada (derecha).
9. La práctica es tu mejor aliado, experimenta
Pese a que más arriba hablo acerca de los beneficios de conocer los aspectos técnicos de la fotografía, si quieres que te diga la verdad, el factor que más y más rápido te va a hacer avanzar en la materia va a ser la pura práctica.
No te cortes ni un pelo, prueba todo lo que se te ocurra y en todos los sentidos. Experimenta, deja volar tu imaginación y explora todo aquello que consideres oportuno e interesante. ¡Actitud y creatividad al poder!
10. Incluye personas a tus fotografías
¿Cuántas carpetas de fotos tienes en tu laptop llenas de paisajes que te acaban aburriendo?
Crea auténticos escenarios de esos paisajes incluyendo a personas en ellos. De manera estática o realizando alguna actividad las personas van a darle ese dinamismo a tus tomas haciéndolas mucho más interesantes. Además ayudarán a darle escala y a poner en contexto la situación.
Incorporando personas en tus imágenes vas a conseguir que el espectador cree su propia historia al verlas. Por otra parte los humanos somos seres sociales y como tal, nos atrae el ver a otras personas, generando un mayor engagement y complicidad con el contenido en cuestión.

En fin, espero que todos estos consejos te puedan ayudar a avanzar en tu camino fotográfico. Al fin y al cabo se trata de una búsqueda constante de nuevas maneras de emocionar, de expresar y de transmitir al prójimo.
¡Así que ya sabes, desempolva la vieja cámara que tienes desterrada en el armario y ponte a disparar como un loco, ya no tienes excusa!