Para muchas personas la bicicleta se convierte en un objeto muy especial. Es más, hay para quienes la bici es casi una extensión del cuerpo. En estos casos, la persona encargada de su mantenimiento se vuelve alguien cercano y de nuestra plena confianza.
Un buen mecánico nos recibe con amabilidad, nos escucha con atención y siempre está dispuesto a ayudarte, usa las herramientas correctas, te asesora y sabe perfectamente lo que está haciendo.
Sin embargo, no es raro omitir algunas de sus recomendaciones. Y esto puede hacer la labor del mecánico más difícil. Le preguntamos a nuestro mecánico de confianza que es lo que más odia y aquí lo que nos respondió.
1. Cadenas descuidadas
No es raro que lleguen al taller bicicletas con cadenas que no se han lubricado en mucho tiempo. O peor aún, cadenas a las que se les ha aplicado aceite sin antes haberla limpiado adecuadamente.
A fin de prolongar la vida útil de la cadena, platos y piñones, es muy importante limpiar y lubricar la cadena periódicamente.
No basta únicamente con aplicar aceite. Antes de lubricar una cadena deberás limpiarla muy bien. Aplicando un desengrasante podrás remover el aceite viejo y contaminado; así como toda la mugre que la cadena recoge en el camino.
Una vez que la cadena este completamente limpia, puedes proceder a aplicar un lubricante para cadena. Solamente es necesario aplicarlo entre los rodillos de la cadena, no hace falta aplicarlo en las placas.
2. Platos y piñones sucios
Otro caso típico es recibir bicicletas con platos y piñones completamente sucios. Siempre que limpies la cadena, también es importante aprovechar y darle una buena limpiada a platos y piñones.
3. Tijas o postes de sillín pegados
No hay peor pesadilla que tratar de sacar una tija de asiento pegada. Si se tiene suerte sale con un poco de maña, pero en los casos más extremos hay que aplicar tratamientos extremos. Si el cuadro es de acero es posible aplicar algo de calor, lo que por lo menos dañará la pintura. Pero si tu cuadro es de carbono, el daño puede ser mucho más considerable.
¡No corras riesgos! Para evitar que la tija de tu sillín se pegue al cuadro, es recomendable limpiarlo con regularidad y aplicar un poco de grasa antes de volverlo a colocarlo. Toma en cuenta que si tu tija y o el cuadro son de carbono, necesitarás un lubricante especial.
4. Frenos que no se han ajustado en años
Si tus frenos comienzan a hacer ruidos extraños o sientes que no frenan bien; más vale revisar que todo esté debidamente ajustado. Un error común es esperarse hasta que, literalmente, ya no frenen.
Entre más tiempo dejes pasar, podrías terminar con una simple zapata desgastada o hasta con un aro completamente dañado. Así que no esperes más, al primer síntoma se recomienda darle un ajuste a tus frenos o si no visitar a tu mecánico de confianza.
5. Cubiertas descuidadas
Si tu mecánico te recomienda revisar la presión de aire cada que salgas a rodar, es por algo. El tener una presión demasiado baja aumenta la probabilidad de sufrir una pinchadura o incluso de dañar los costados de la cubierta.
Por otro lado, si la presión es demasiada, tu trayecto será incómodo, además de que en camino húmedo tendrás menos agarre.
Siempre sigue las recomendaciones de tu mecánico e infla tus ruedas a una presión adecuada.
Siguiendo estos consejos, no solamente evitarás hacer el trabajo de la o el mecánico más difícil; sino que además evitarás tener problemas más severos que implican gastos mayores o que incluso pueden dañar componentes o tu cuadro permanentemente.