En este artículo quiero compartirte los motivos por los cuales todas las personas deberíamos realizar un viaje en bici por lo menos una vez en nuestra vida. En definitiva, todo lo que nos aporta un viaje en este formato y que, desde mi punto de vista, nadie debería perderse.
¿Tú por qué viajas Iria? ¿Por qué lo haces en bici?
Viajo porque estando en movimiento por espacios desconocidos, descubrí la mejor versión de mi misma, esa versión que quiero presentar al mundo. Siento que viajando mi lado oscuro se suaviza, mi fuerte carácter se moldea y todo es sonrisa.
La soledad no me estresa porque me caigo bien a mi misma. Cambié y empecé a ir más lento en muchos sentidos, porque entendí que lo más importante en realidad es la dirección, no la velocidad.
Despues de años viajando, aquí están mis motivos principales para viajar en bicicleta.
1. La bicicleta abre muchas puertas
En un mundo falto de sonrisas tenemos en nuestras manos un objeto revolucionario que nos la proporciona a cada vuelta de pedal. No conozco a nadie que vaya con cara larga cuando monta en bicicleta.
Te pone una sonrisa y generalmente contagia. Es un objeto afable, crea empatía y es sociable. Atenta, porque va a ser la llave que te abra muchas puertas.
2. Es sencillo y ecológico
Se puede viajar con una bicicleta de último modelo, pero también con la que tengas. Irás más o menos cómoda, llegarás antes o después, pero llegarás. Ten muy presente que lo que te hará avanzar no es la bici, son tus ganas.
Junto con caminar es la forma más sostenible, simple y eficiente de moverse. Saber que tu movimiento no está causando grandes secuelas al ecosistema es reconfortante.
No emitir CO2 durante el tiempo que dure tu viaje no es una tontería y no tragar humo durante tus vacaciones es una gran ventaja.
3. Tu compañera te llevará a donde tú quieras
O también podemos decir que tendrás acceso a cualquier rincón del planeta. Pocos destinos son inaccesibles para una bici. Llegarás a lugares que de otra forma sería imposible, como aquella vez que me vi recorriendo pueblecitos nepalíes en mi bicicleta.
Déjate llevar. Busca tu próxima escapada, aquí unas rutas para inspirarte.
4. Recuperas tu ritmo vital
Nada va impuesto a no ser que te lo marques tú. Te puedes permitir ir lenta, a un ritmo que te permite sentir todo lo que pasa a tu alrededor y sobre todo, para sentirte a ti misma.
No te pierdes nada desde el punto A al punto B. Eres consciente de las subidas, sientes las curvas y padeces el estado de los caminos.
Al ir despacio, verás las cosas diferentes. Te fijarás en cosas pequeñas y simples, como ese aleteo de algún pájaro, el olor de las diferentes flores al pasar. Alcanzarás a mirar a los ojos a las personas locales, a saludarlos, o prestar atención a las señales. En resumen: cosas que antes no te llamaron la atención y que alimentarán tu espíritu.
5. Viajar en bicicleta es una aventura garantizada
Cada día será un juego, descubre tu propia aventura. Un juego de pruebas que resolver: dónde y qué. Dónde dormiré, con quién me voy a encontrar, cómo será la etapa, el clima, etc. Todo está por descubrir. Una gran incertidumbre y disfrute.
¡Estás activa, tu mente va fresca, estás viviendo! Lograr los pequeños retos del camino te dará gran satisfacción y aprenderás de superación.
6. Será una de las mayores sensaciones de libertad que experimentarás
Eres la jefa de tus decisiones. Tú tienes el control y todo depende de ti. Sentarte en una bici y coger el manillar es una buena metáfora para entender que tomas el control y dirección de tu vida, de tus días de vacaciones, de tu viaje.
Que tú decides a donde vas, donde paras y que te interesa ver. Tú eres la protagonista de tus días.
7. Te mantiene en forma, física y espiritualmente
El ejercicio cardiovascular que se hace beneficia al corazón, los pulmones y al aparato circulatorio, ya que el organismo usa el oxígeno de forma más eficiente. Pero además, al estar haciendo algo que disfrutas tanto, segregas serotonina, endorfina, dopamina y oxitocina. Todas beneficiosas para nuestro organismo y que te generan mucha felicidad.
8. Es económico y para todos los bolsillos
La bicicleta es una pequeña inversión, que bien hecha, te va a llevar muy lejos. Teniendo en cuenta que puedes llegar a ser autosuficiente, los tres pilares del viaje son: transporte, alojamiento y comida.
Viajar con lo justo y necesario, practicando el desapego, la vida minimalista y pensando que el camino proveerá en el caso de necesidad, es una gran lección de vida.
Porque sí, señoras, si tú te abres al mundo, el mundo te provee con lo que necesitas.
9. Practicas el compartir, dar y recibir
Un viaje de estas características mejora tus relaciones personales y, por tanto, tus habilidades sociales. Nos han educado para ser independientes y fuertes, un viaje en bicicleta te lleva al límite constantemente.
Tu nivel de necesidades se verá alterado más de lo habitual y eso hará que tengas que improvisar. Aprenderás a sentirte vulnerable y a pedir ayuda. Nos necesitamos los unos a los otros.
Entenderás tu papel social en el viaje y te aseguro que volverás a confiar en las personas desconocidas.
10. Estás abierta a ‘La Magia del Camino’
El universo conspira a tu favor. Lo vas a vivenciar en el momento que te rindas a los pies de una aventura en bicicleta y te dejes impresionar por lo que el mundo te tiene preparado.
Las personas viajeras lo llamamos La Magia del Camino. Esa que aparece para sorprendernos y crear situaciones únicas o para sacarnos de algún apuro o situación complicada en el camino.
Para eso, confiar, con el sexto sentido activado, y dejarte llevar por la intuición, esa que encendiste al salir de casa, es la clave del éxito.
11. Este estilo de viaje es para todos los públicos
Sí, que no te cuenten lo contrario. Es la gran ventaja de la bicicleta. Cualquiera puede pedalear y eso es lo que te lleva a soñar con tu próxima aventura.
Ya estés en forma o no, la bici no distingue y aúna a personas de cualquier clase social, sexo, edad, raza y condición.
¿Estás preparada para la experiencia?
En resumen, y desde mi punto de vista y experiencia, viajar en bicicleta es la forma más humilde, auténtica y enriquecedora que conozco para descubrir y adentrarte en nuevos territorios. Viajas para sentir, pero sobre todo viajas para vivir.