La Baja Divide se ha convertido en una de las rutas de bikepacking más visitadas (y documentadas) del mundo. Y es que contiene todos los ingredientes correctos para una aventura exigente, pero a su vez gratificante, en un lugar considerablemente accesible.
Esta ruta había estado en nuestra “lista de deseos” durante bastante tiempo y por fin este año conseguimos bloquear dos meses para rodarla durante el invierno: la temporada perfecta para sumergirse en el desierto de Baja California.
Con el objetivo de cubrir la mayor parte de la ruta oficial junto a otra pareja de amigos, pronto empecé a dudar si ésta sería una buena idea, puesto que guardaba una preocupación que no quería compartir con el resto del equipo. Hacer un viaje en bicicleta a solas no es lo mismo que hacerlo acompañado, ya que el compromiso y la paciencia son imprescindibles para que la dinámica del grupo funcione.
Esta inquietud me hizo darme cuenta de que, muy probablemente, todos los demás miembros también se estaban uniendo a la aventura con sus propias preocupaciones y objetivos personales que no querían revelar al resto. ¿Y mi objetivo? Capturarlos en video.
En privado, le pedí a Tristan, Sam y Bec que confesasen un pequeño secreto a la cámara antes de resumir la sección de la ruta que acabábamos de cubrir. Yo no escucharía ni revisaría el material hasta el momento de volver a casa y montar el video para asegurarme de que realmente se sentían cómodos hablándole a la cámara a solas. ¡Y todos lo hicimos!
Os invito a uniros a nuestro viaje (algo caótico) a través de la península de Baja California. Un grupo de amigos que creían que sabían dónde se estaban metiendo, pero al final, resultó que no lo tenían todo tan claro.