Frenar eficientemente una bicicleta
Foto: Giant

Cómo frenar tu bicicleta de manera efectiva

Teniendo en mente la seguridad sobre la bicicleta, muchos ciclistas se interesan en conocer las habilidades que necesitan desarrollar y practicar, pero muchas veces, el frenado no suele ser una de ellas.

Lo anterior puede parecer normal, pues también habrá muchos ciclistas con y sin experiencia que piensen: ¿qué tan difícil puede ser tirar de una palanca o pisar un pedal para detener su bicicleta? 

Pues en realidad, frenar de manera efectiva nuestra bicicleta es más complicado que solamente tirar de palancas o ejercer presión al pedal. 

Frenando correctamente tu bicicleta
Foto: Scott

Si nos tomamos el tiempo necesario para aprender a frenar correctamente, esta técnica podrá hacer maravillas en tu conducción, dándote más control de la maniobra y realmente haciéndote más rápido en tu bicicleta.

Cómo ya iremos descubriendo, conocer cómo hacer una frenada eficiente, nos permitirá ir más deprisa en las curvas, en pavimento mojado y otros tipos de terrenos teniendo mayor seguridad y control.

Ubica los frenos en tu bicicleta

Ubica los frenos de tu bicicleta
Foto: Giant

En un principio, además de conocer un poco sobre el tipo y el funcionamiento de los frenos de nuestra bicicleta, será bueno que nos familiaricemos con la localización de cada freno en las palancas, mandos o manetas de frenado en nuestra bicicleta. 

Según las tendencias de los países en los que se maneja del lado derecho, la palanca que acciona el freno delantero es izquierda. En países en los que se maneja del lado izquierdo, la tendencia es que el freno delantero se accione con el mando derecho.

Esto no es siempre la regla, así que siempre es importante revisar y familiarizarte con tu bicicleta antes de salir a rodar. Una vez identificado el mando de cada freno, lo siguiente que uno debe conocer son las características de cada uno de los frenos.

Cuando ejercemos la acción del frenado de nuestra bicicleta, la fuerza de gravedad, nuestro peso corporal y la inercia tiran de nosotros hacia delante de nuestra bicicleta, exigiendo una mayor fuerza en el freno delantero, por lo que el freno delantero contiene alrededor del 70% de la potencia de frenado total y el freno trasero solo tiene el 30%, aproximadamente.

Cómo ubicar los frenos de tu bicicleta

Conociendo el freno delantero de tu bicicleta

Debido a las fuerzas que interactúan al momento de frenar, el freno delantero es el que realmente detiene por completo la marcha de tu bicicleta.

Conociendo el freno trasero de tu bicicleta

El freno trasero es el que disminuye la velocidad nuestra bicicleta y aunque ejerzamos toda la fuerza en este freno, a lo mucho bloqueará la rueda, haciendo que ésta derrape, pero no frenará completamente nuestra bicicleta.

Técnica para frenar tu bicicleta

Lo más natural es dejar que nuestro instinto o sentido común nos indique que, para frenar nuestra bicicleta lo más sencillo es usar ambos frenos al mismo tiempo. Probablemente sea un buen consejo para aquellos principiantes que no han aprendido a usar los frenos con habilidad o cuando te desplazas a muy baja velocidad, pero una vez que acumulas kilómetros, sabes que esa no es la mejor manera de detener una bicicleta eficientemente en determinadas circunstancias.  

Aprendiendo a frenar tu bicicleta eficientemente
Foto: Cannondale

Aprende a utilizar el freno delantero de tu bicicleta

Conociendo que el freno delantero es el que detiene nuestra bicicleta, hay que tener en cuenta que si aplicamos en un solo momento toda la presión al mando del freno es muy posible que la rueda trasera de nuestra bicicleta se despegue del suelo y obligue a la bici, y a nosotros con ella, a salir disparados hacia el frente. 

Por lo que, la mejor manera de dominar el uso del freno delantero es practicar en un espacio seguro, aplicando ambos frenos a la vez, poniendo la mayor fuerza en el freno delantero, pero aplicándola de manera gradual para evitar que la rueda se bloquee y la bicicleta nos proyecte hacia adelante.

Sigue pedaleando mientras frenas, para que tus piernas te avisen de inmediato cuando la rueda trasera comience a patinar. Y aplica el freno delantero de manera gradual, sin aplicar toda la fuerza al mando, porque de hacerlo, hará que la bicicleta te proyecte hacia adelante.

Una vez que te sientas cómodo y seguro accionando el freno delantero, también práctica soltar los frenos para recuperar el control, hasta que esta sea una acción refleja automática. Esto es: a una velocidad baja, aplica los frenos con la fuerza suficiente para que la rueda trasera patine o simplemente comience a elevarse. Cuando lo haga, suelta inmediatamente los frenos para recuperar el control.

Comprobando la potencia de los frenos

En el caso de que no conozcas la bicicleta o sea una bici pública o compartida la que estás utilizando, prueba los frenos antes del frenado total. Algunos mandos de freno son más sensibles que otros y algunos frenos están más ajustado que otros, así conocerás los alcances y la presión necesaria para poder frenar esa bicicleta en su totalidad con seguridad.

Aprende a utilizar el freno trasero de tu bicicleta

Como ahora sabemos, el freno trasero disminuye la velocidad de nuestra bicicleta y es mejor utilizarlo para tener mayor control de ciertas maniobras al conducir nuestra bicicleta. Por ejemplo:

Si existe el riesgo de derrapar por conducir sobre superficies resbalosas, en zonas con baches o, superficies con demasiadas irregularidades es mejor aplicar el freno trasero para controlar la velocidad a la que nos desplazamos antes de aplicar el freno delantero e ir frenando gradualmente.

Al igual que el freno delantero, aquí también es recomendable aplicar la fuerza a los mandos de freno de manera gradual, a menos que sea imperante detenerse por completo, pero de igual manera, hay que aplicar la fuerza del frenado de manera gradual para poder controlar la bicicleta en todo momento.

Maximiza el poder de frenado combinando ambos frenos

En general, usar ambos frenos al mismo tiempo no es la manera más efectiva de frenar. Sin embargo hay excepciones:

  • Si el freno delantero no es lo suficientemente potente como para levantar la rueda trasera. El freno trasero puede ayudar a frenar la bicicleta, pero lo mejor es reparar el freno delantero para afianzar nuestra seguridad.
  • En condiciones en el que el camino esté mojado, y debido a que las llantas se encuentran mojadas, esta acción hace que el frenado pierda efectividad, por lo que usar ambos frenos, de manera gradual, puede reducir considerablemente las distancias de frenado necesarias.
  • Si el freno delantero se bloquea o vibra impidiendo que modulemos su acción, solamente debes usarlo ligeramente y aplicar mayor fuerza con el trasero.
  • En descensos largos y rectos, la mano del freno delantero puede cansarse, o puede correr el riesgo de sobrecalentar un neumático y reventarlo, por lo que es mejor repartir el trabajo entre ambos frenos. Bombear ambos frenos, alternando entre uno y otro, calentará brevemente la superficie de cada llanta y disipará más calor antes de que se extienda hacia adentro de los neumáticos. Cuando se necesita una desaceleración brusca, el freno delantero es más efectivo, como de costumbre.
  • En ciertos casos en los que estás practicando ciclismo de montaña también es mejor aplicar ambos frenos, pero aquí puedes conocer a detalle cómo utilizar los frenos en el ciclismo de montaña. 
  • Al inclinarte en una curva, la tracción se comparte entre frenar y girar. El uso de ambos frenos reduce la probabilidad de que una rueda u otra se deslicen y pierdas control. Pero recuerda que, cuanto más inclinado estés, menos podrás frenar, así que modera tu velocidad antes de entrar a una curva. Cuando te estés inclinando en demasía, necesitarás soltar los frenos por completo para corregir tu curso.
  • Las bicicletas largas o bajas, como las tándems y las recumbentes con amplia distancia entre ejes, tienen su frenado delantero limitado por la posibilidad de patinar la rueda delantera, ya que su geometría impide levantar la rueda trasera. Dichas bicicletas pueden detenerse en distancias más cortas cuando se aplican ambos frenos. Sin embargo, ten cuidado cuando vayas solo en una tándem, pues el freno trasero se vuelve prácticamente inútil debido a la falta de peso para ayudar a la tracción.

Posiciona tu cuerpo de manera adecuada durante el frenado

A medida que aplicas los frenos y tu bicicleta disminuye la velocidad, la inercia hace que tu peso se mueva hacia adelante, sobre la rueda delantera, lo que pone toda la potencia del frenado en el freno delantero. Esta acción hace que sea más difícil controlar la bicicleta, sobre todo cuando vas a alta velocidad, dificultando el frenado efectivo.

Es por eso que debes mover tu peso corporal hacia atrás mientras realizas la acción del frenado de tu bicicleta para conseguir que la rueda delantera se mantenga en el suelo e incluso compense las fuerzas del frenado.

Si tienes que frenar con fuerza a alta velocidad, esto también evitará que vayas hacia el frente de la bicicleta. Cuanto más rápido tengas que frenar, más deberás empujar tu peso hacia atrás.

Lo anterior lo puedes practicar en un lugar seguro en donde puedas hacer algunas paradas súbitas. Sube un poco la velocidad de tu pedaleo, pon las manos en el manillar con los brazos estirados y como si fueras a frenar, dirige tu peso hacia atrás del sillín o asiento mientras frenas con fuerza con ambas manos, manteniendo tu cuerpo bajo en la bicicleta. Así notarás con mayor facilidad cómo funciona las fuerzas en esta acción.

Modula el frenado de acuerdo al tipo y condiciones del terreno

Sin importar el tipo de terreno en el que frenaras, mantén manos, brazos y hombros firmes pero relajados para poder absorber las fuerzas del frenado de manera adecuada, y con eso, además tendrás un mejor control de la bicicleta, lo que te permitirá una mejor flexibilidad para manejar tu peso corporal y la capacidad de maniobra alrededor de obstáculos mientras mantienes el control de la bicicleta durante el frenado.

Anticipa las curvas para evitar accidentes

Anticipa el frenado en las curvas
Foto: Scott

En curvas lo mejor es mantener el cuerpo bajo, frenar antes de entrar en ella y disminuir la velocidad para de preferencia no tocar los frenos mientras la recorres, pero sobre todo el delantero; recuerda que el freno trasero es ideal para disminuir la velocidad y maniobrar la bicicleta.

Anticipa la curva, frena antes y disminuye tu velocidad, mantén tus manos en los mandos, lo que te brindará un mejor tiempo de respuesta de frenado y mantendrá tu centro de gravedad más bajo, mejorando el control de tu bicicleta. Cambia tu peso hacia atrás y aplica una presión uniforme sobre los frenos. Luego, al conseguir una velocidad que puedas manejar a lo largo de toda la curva, suelta los frenos.

Si es necesario que frenes totalmente recuerda ir aplicando la fuerza gradualmente con el freno trasero y aplicar el freno delantero con una menor fuerza.

Piso mojado

En condiciones de pavimento mojado, recuerda que necesitas mayor distancia para frenar,  pues puede tomar alrededor de tres veces más frenar adecuadamente, así que adelanta tus movimientos y, como tus neumáticos tendrán menos tracción en terreno mojado, se requerirá un toque más ligero en los mandos cuando frenes para no derrapar debido a las condiciones húmedas del piso.

Otras recomendaciones para frenar tu bicicleta efectivamente

  • Evita los derrapones, estos agotan la vida útil de tus neumáticos con mayor rapidez, además de no frenar la bici y ser más complicado controlar la bicicleta cuando derrapas.  
  • Mantén la presión de tus neumáticos como el fabricante recomienda. Si bien una cubierta con un poco menos de aire tiene mayor tracción, también evita un frenado adecuado, al igual que inflar en exceso tu neumático impide el adecuado frenado de nuestra bicicleta
  • Utiliza las cubiertas que se encuentren en buen estado, esto es que aún tengan dibujo o el caucho no esté muy gastado. 
  • Para mejorar la potencia del frenado considera cambiar a sistemas de frenos de disco o v-brake de acuerdo al tipo de conducción que acostumbras y el tipo de bicicleta que tienes. 
  • Da mantenimiento periódico a tus frenos y cambia pastillas o balatas (según sea tu caso) cuando estén gastadas.