Sol templado de otoño bañando el verde de los montes. Pinos y robles que comenzaban a amarillear suavemente. Setas de diferentes especies brotando al borde de la carretera. Nueces desperdigadas por el suelo, crujiendo bajo las ruedas de las bicis. Encaramados en algún peñasco o asentados en el valle, pequeños pueblos pallereses y sus casas de piedra.
Conociendo el prepirineo Catalán
Hace unas semanas tuvimos la oportunidad de rodar una jornada en el prepirineo catalán. En esta ocasión, formando parte de un tour guiado y en plan muy tranquilo a lomos de una e-bike, con la que subir las cuestas de esta región montañosa se convertiría en un juego de niños.
Ruta en e-bike de La Pobla de Segur a Salàs del Pallars
La geografía de contrastes y orografía de media montaña de la comarca ofrece un mundo de posibilidades para la práctica de cualquier tipo de ciclismo.
Y eso, lo saben muy bien en la Pobla de Segur, donde acaban de estrenar un centro BTT equipado con taller gratuito, duchas y sala de descanso. Desde aquí parten once rutas señalizadas con más de 315 kilómetros y opciones para todos los niveles. Una apuesta fuerte por convertir la zona en referente del ciclismo en plena naturaleza.
Nuestra ruta comenzó desde el mismo centro BTT y continuó a través de pistas y una pequeña carretera local. Después de 20 km, ascendimos hasta el precioso pueblo de Rivert.
De marcado carácter medieval el pueblo es conservado con muchísimo mimo por sus habitantes. Aislado en el monte y con su propio y abundante manantial de agua fresca, podría ser el sitio perfecto para retirarse una buena temporada y olvidarse del resto del mundo.
Tras la visita, descendimos directamente al punto final de la ruta en bici, Salàs del Pallars. No os voy a engañar, llevando una bici eléctrica, equipada lo suficiente para tener un poco de diversión fuera de pistas, me sobraron las ganas para seguir disfrutando y descubriendo las rutas que han diseñado desde el centro BTT.
Desde la carretera, se intuían preciosos senderos surcando tupidos bosques que invitaban a adentrarse y perderse entre los árboles. La excusa perfecta para regresar y explorar esta zona por mi cuenta y con más tiempo.
Tiendas museo de Salàs de Pallars
En la pequeña población de unos 300 habitantes nos topamos con uno de los museos más peculiares que haya visitado. Ocho tiendas-museo con objetos y embalajes que van desde finales del siglo XIX hasta la década de los 80.
Un increíble viaje en el tiempo, que a muchos les hará regresar a la infancia y a otros nos recordará las visitas a casa de los abuelos. A mí personalmente, me hizo recordar esas barberías de pueblo en el Pakistán profundo, con sus sillones metálicos reclinables, los muebles de madera ennegrecidos y mugre de décadas sin cambiar absolutamente nada.
Sin duda, la visita que más disfruté y un lugar imperdible para coleccionistas y nostálgicos del siglo XX.
Comida y bebida
Personalmente, no se me ocurre una región en la que vayas a comer o beber mal en toda la franja del mediterraneo y esta zona de Lleida no iba a ser la excepción.
En nuestro caso, terminamos el día consumiendo las calorías que no habíamos quemado en nuestras bicicletas eléctricas.
Primero con unos cuantos platos tradicionales y cocina top del Hotel Terradets. Una ración de caracoles a la Llauna y escalibada de verdura con vistas al embalse, casi me hacen olvidar el gusto por las sencillas comidas acampando en la montaña… Nahh es broma, no las cambio por nada en el mundo, pero un dulce de vez en cuando no hace daño.
La guinda del pastel vino de la mano de la bodega Mas Garcia Muret. Disfrutamos de la cata de sus vinos y de nuestro anfitrión, que nos compartió decenas de anécdotas y datos interesantes en torno al mundo del vino.
La experiencia en Cataluña
Aunque ya había pedaleado en el resto de provincias de la comunidad autónoma, no conocía Lleida y concretamente esta zona del prepirineo me ha encantado.
Pero claro, a mí es fácil conquistarme si tienes montañas y bosques, carreteras tranquilas y una buena red de senderos y pistas de grava. Y la comarca de Pallars de Jussa puede presumir de todo esto, además de un clima benévolo, gente simpática y abierta y una gastronomía deliciosa.
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