A Coruña, situada en el extremo noroeste de la península ibérica es conocida mundialmente por sus intensos días gallegos de orballo, esos días de cielo gris encapotado y lluvia finísima que todo lo cubre.
Pero también, es famosa por su rica y amplia gastronomía (dónde se cree que solo comemos marisco), su horizonte azul intenso y sus aguas gélidas que hacen imposible meter un pie en verano y por nuestro bonito cantado acento local.
¡Hay más! A Coruña está rodeada de un imponente océano Atlántico que nos da ese olor a salitre tan particular y que llena los cielos de gaviotas con su también particular y conocido graznido.
Esta esquinita del mundo es jovial, tiene carisma, es inquieta y salvaje. Aquí la retina se te impregna de verde y azul por partes iguales.
Que a veces haya que llevar chubasquero, es casi, lo de menos.
Yo crecí en esta ciudad, siempre anduve en bici en sus parques y plazas. Después de muchos años viajando volví a mirarla con otros ojos. Se me abría otro mundo de posibilidades, la podía recorrer en bicicleta. Fue casi a la vez que el ayuntamiento apostó por implementar más carrilbici y mejorar los accesos y conexiones de la ciudad. Todo un lujo para los que vivimos aquí.
Cualquiera de las rutas de las que os hablo en esta ocasión son una genial opción para salir de la ciudad y conocer todo el entorno natural que rodea a esta península coruñesa, capitaneada por un faro romano que todavía funciona: La Torre de Hércules.
Las tres son rutas de un día, por lo que va en ti el ritmo que quieres emplear en hacerlas. Son muy disfrutables y todas tienen muchos puntos para disfrutar del paisaje.
Ruta 1 – De A Coruña al Embalse de Cecebre
Lugares de interés
- El puerto de A Coruña – Pintoresca postal de una marina con sus barcos pesqueros y casas típicas de galerías.
- Paseo del Burgo – Extenso y cómodo parque con carril bici que transcurre por la orilla de la ría del Burgo.
- Puente Romano y Cruceiro – Antigua arquitectura típica de la zona.
- Paseo fluvial del río Mero. Agradable recorrido natural con el río Mero como acompañante. Bosques autóctonos y endémicos hasta llegar al embalse de Cecebre.
- Playa fluvial del Embalse de Cecebre – Zona agradable con acceso al embalse donde descansar y disfrutar de las vistas.
Llevo más de 15 años en movimiento y viajando por el mundo. En los últimos años he vuelto a mi ciudad natal y he creado una base desde donde planificar viajes y proyectos. A Coruña es ese lugar a donde volver cuando hay que reposar vivencias y estar en sitio seguro.
Las temporadas que paso en casa, aquí en este extremo norte peninsular, suelo salir a pedalear los días que hace bueno. Para una coruñesa, que haga bueno significa que simplemente no llueva. Ya que salga el sol y caliente, son palabras mayores.
Me gusta ir a Cecebre a menudo, es un recorrido fácil, distendido y bonito. Es un paseo muy disfrutable.
No soy muy previsora y aun habiendo pensado ayer que iba a salir en bici hoy, ni siquiera la revisé y así tuve que apretar los frenos antes de salir de casa.
Salgo de casa a media mañana, nunca he sido muy madrugadora y siendo un día de semana voy tranquila pensando en la gente. No habrá nadie. Ojo, si pensáis hacer esta ruta el sábado o el domingo, contad con que no seréis los únicos.
Un bocata, agua, un plátano, algo de frutos secos, cámara de repuesto con inflador y el jersey a la cintura por si acaso es todo con lo que salí. Bueno… y con la cámara de fotos para plasmar bien todo el recorrido.
Salgo de la marina, para que también conozcáis algo de la ciudad y un buen punto de encuentro. Es el puerto pesquero y deportivo que tenemos en Coruña, zona de ocio con terrazas y parque infantil. Aquí está la postal más emblemática de la ciudad con los edificios más pintorescos: las galerías.
Cuando me preguntan qué ruta recomiendo para empezar a salir de la ciudad y conocer otros municipios, esta es la primera de la lista. Y os cuento por qué, todo el recorrido es en trazado ciclista, salvo algunos cruces puntuales de carretera. El trayecto va sobre carril bici o senda por lo que nos va a dar mucha tranquilidad y por tanto seguridad para hacerlo, aun no teniendo gran destreza sobre la bici.
Del tirón y tan solo a cuatro kilómetros, me encuentro saliendo de la ciudad atravesando el parque de San Diego con buenas vistas sobre el puerto de Oza. El día fue inmejorable. Voy contenta, es octubre y después de varios días de lluvia, hoy brilla el sol.
La primera parada que hago es en As Xubias, un pequeño núcleo coruñés que me encanta porque te traslada a una aldea a tan solo unos kilómetros de casa. Las casas típicas, el puerto, el barcito con sus mesas de publicidad en la terraza, me encanta este rincón.
El recorrido me lleva por carril bici por la orilla izquierda de la ría del Burgo, y una vez pasado el puente pasaje por debajo, llego a la localidad del mismo nombre.
Un paseo extenso y agradable me saca de la zona urbanizada pasando por el puente romano y el cruceiro que lo preside, interesantes ejemplos de vestigios antiguos que nos quedan en la zona.
Después de la foto, me adentro en la parte más natural y bonita del recorrido, la senda fluvial del río Mero.
Los siguientes 10 kilómetros recorro una pista de arena compacta, que transcurre por la orilla izquierda del río y que de vez en cuando me invita a cruzar por unos pequeños puentes. Hoy hay algunos charcos y barro porque, como ya os conté antes, estuvo lloviendo los días anteriores.
La vegetación propia que atravieso es de castaños, robles, sauces, abedules y pino, así como una fuerte variedad de plantas, helechos y arbustos hasta llegar al embalse de Cecebre. Me encanta esta zona porque depende de la época del año cambia totalmente el color, la floración.
Hoy, al ser un día de semana, al llegar al embalse todo está en calma, el sol refleja en el agua y en la playita que hay en una de las orillas no hay nadie. Perfecto para un descanso, un bocata y coger algo de vitamina D antes de pegar la vuelta a casa por casi el mismo camino.
Ruta 2 – De A Coruña a Seixo Branco
Lugares de interés
- As Xubias – Espectaculares vistas de la ría del Burgo y la playa de Santa Cristina.
- Playa de Santa Cristina – Bosque de pinos a la orilla de la playa.
- Playa de Bastiagueiro – Paseo a los pies de esta estupenda y tranquila playa familiar.
- Parque de las 13 Rosas – Parque en los acantilados, bosque para esparcimiento con increíbles vistas al océano y a la ciudad de la Coruña.
- Castillo de Santa Cruz – Emblemático castillo situado en el pueblo de Santa Cruz.
- Seixo Branco – Espectaculares vistas al océano y la costa norte de la ría del Burgo.
Es curioso como el tiempo cambia las cosas. En mi época más juvenil solía hacer este siguiente recorrido en coche con amigas para ir a la playa. Nos parecía salir de la ciudad e ir de plan de tarde a una playa de fuera. Ahora, cada vez que salgo una mañana, como la de hoy, a andar en bici dirección Seixo Branco y paso por Mera, no puedo creer que nunca se me ocurrió que se podía llegar en bici. Los tiempos son otros, las conexiones también.
La ruta hacia el Seixo Branco me lleva por varios municipios conocidos. Vuelvo a parar en As Xubias, el mismo núcleo rural en el que paré el día de la ruta a Cecebre, creo que podría vivir en esta esquina frente a la playa.
Una vez que cruzo el puente pasaje, es fácil, sigo el carril bici bordeando la ría hacia la desembocadura. Llego a la punta del arenal de Santa Cristina, creo que nunca había prestado atención a que ese bosque es de Eucaliptos.
El suelo es mitad arena mitad hierba. No lo había tenido en mente, pero este bosque bien vale un punto favorito, ¡me encanta! En realidad lo que más me encanta es descubrir cosas y sitios nuevos en los lugares que ya conozco. Es como ver la ciudad con otros ojos, como sentir que eres un poco visitante, sorprenderte de algo nuevo aunque lleve ahí desde siempre.
Continuo hacia Bastiagueiro siguiendo el carril bici muy intuitivo, olas, surf, perros y familias paseando, creo que puede ser un buen resumen de lo que te da esta plana y extensa playa.
La siguiente parada es el nuevo y recién inaugurado parque de las 13 Rosas. El nombre es en recuerdo del fusilamiento de 13 mujeres en el año 1939 a manos del régimen franquista, recién terminada la guerra civil. ¡Es tan bonito! Un recorrido de unos escasos 3 kilómetros que te lleva por unos senderos de tierra compacta, zonas arboladas con sombra, campo con sol, bancos y mesas de picnic.
Desde aquí podrás disfrutar de unas excelentes vistas de la costa, los acantilados, las inmediaciones y de la ciudad de A Coruña que tenemos justo enfrente. ¡Con razón he elegido el día soleado para venir!
Continuo y veo de refilón el castillo de San Antón, me da tiempo a entretenerme con unos mariscadores en la misma ría, justo me pilla la marea baja. Cómo se nota que ya se terminó el verano, sino esta carretera que me conecta con Mera y de ahí hasta Seixo Branco estaría atestada de coches, que bien se va casi sin tráfico.
La llegada al Seixo Branco impone, un camino de bosque con acantilado de un lado te da la bienvenida al majestuoso espectáculo de olas y salitre. En castellano quiere decir piedra blanca, es una veta de cuarzo blanco que hay en el acantilado de ahí el nombre.
Pese a que desde donde llegamos no lo vemos, se puede reconocer perfectamente desde Coruña. El lugar, podéis creerme, ofrece una de las mejores vistas de la costa, de la ciudad de A Coruña y de la ría coruñesa. Momento de descansar, embelesarse por tanta maravilla, coger fuerzas con algún piscolabis y volver a casa.
Ruta 3 – Desde A Coruña a Barrañán
Lugares de interés
- Coraza del Orzán – Punto de partida de la ruta. Es un rompeolas de piedra, construido para frenar la potencia del océano enfurecido y que separa las playas de Riazor del Orzán.
- El pulpo del paseo – Simpática escultura que invita al visitante a sentarse entre sus tentáculos y sacarse fotos con las impresionantes vistas.
- Senda Litoral de Arteixo – 5,5 km de un recorrido escarpado y agreste por una senda asfaltada donde nos maravillamos de las vistas al océano atlántico.
- Catalejo del vigilante – Enorme escultura de 14 m, a donde te puedes subir para observar el horizonte.
- Bar O Quinito – Última parada para reponer fuerzas en la playa de Barrañán. Ambiente y comida local, inmejorables vistas para descansar y planificar la vuelta.
Otra semana de días soleados y planeo salir de nuevo con la bici, esta vez, aprovecho que no pega el nordés. Esta brisilla marina que tenemos nosotros por aquí hace que tengas que ponerte una chaquetita enseguida y te refugies en cualquier sitio de interior. ¡Helada te quedas! Pero hoy brilla el sol y no hay nordés, así que ¡Al Quinito que me voy a comer!
De los planes más apetecibles en bici son los que incluyen alguna actividad más, ya sea ir a comer a algún sitio, visitar a algún amigo o conocer una nueva esquina. Nada me motiva más para andar en bici que ponerle un sentido fuera del deportivo, así que hoy, me voy a comer unas tapas al mundialmente conocido bar O Quinito y os llevo de ruta conmigo.
Es una ruta más exigente que las otras dos y más paisajísticamente salvaje. Una maravilla pensando que estamos a escasos kilómetros de la ciudad.
Parto del lado de las playas, del rompeolas exactamente. Sitio emblemático de la ciudad, divisorio y con un mirador a la bahía de 180 grados.
El carril bici de la ciudad me saca por el sur, siempre a la orilla del océano, son impresionantes las vistas desde aquí. Me paro en el pulpo, simpático personaje y en la ventana al horizonte, ambas esculturas muy bien situadas para ser fotografiadas.
Me gusta que no sea verano para poder pedalear sin tanta gente, pero he de reconocer que una vez que llego a Sabón y cojo la senda litoral me entra la nostalgia de un plan meramente veraniego. Sigo pasando playas, este tramo de la senda se comparte con peatones y con accesos a las playas, así que en verano hay que extremar la precaución al circular.
Llego al Catalejo y en Repibelo ya hay surfistas en el agua, no entiendo cómo aguantan con lo fría que está. Subo y bajo los acantilados, entre alucinantes vistas, el agua súper clara y los arenales vacíos, la estampa es de postal. Ya diviso la inmensa playa de Barrañán y el Quinito al fondo con su toldo amarillo. Desde aquí lo que queda es bajada.
Un bar con ambiente local, devenido a chiringuito que abre todo el año y donde encuentras tapas típicas de la zona con unas vistas inmejorables. Creo que puedo llegar a decir que tiene las mejores vistas de todas las casas de la playa. Pulpo, Raxo, Calamares, así empieza la carta que no sabes ni que pedir.
Las mesas grandes que tienen ya no se comparten como en épocas pre-covid. Esto perdió un poco de gracia, pienso para mí mientras veo a 4 mujeres de unos 60 años en una mesa conversando distendidamente a golpe de martes, mientras piden que les vuelva a llenar el vaso de chupito de licor. Son simpáticas, me miran, miran la bici, nos reímos y empieza la charla. Creen que soy turista, las chicas de por aquí no hacen esas cosas. ¿Desde Coruña en bici por la senda de la costa? Desde luego hay gente que alucina con cualquier cosa.
Me invitaron al café, agradeciendo y ya habiendo hecho la pausa vuelvo “a modiño” que decimos por aquí (con tranquilidad) hacia casa.
La bicicleta ideal para estas rutas
La bicicleta recomendada para esta ruta sería una con la que tú te encuentres cómodo. Montaña, híbrida o gravel, que tenga cambios y una cubierta no muy fina e irás perfecto.
Ten en cuenta que así como la ruta al embalse del Cecebre es más o menos llana, la mitad del recorrido es sobre tierra compacta, que si ha llovido días antes, estará embarrada. La ruta que te lleva a la playa de Barrañán y al Seixo Branco tienen un desnivel considerable, por lo tanto se recomienda un desarrollo que te responda bien.
Preparativos
Cualquiera de las 3 rutas planteadas son para realizar en un día, así que lo recomendable es que te lleves algo para comer y beber, poco más que eso. Si estás en verano, no te olvides de meter bañador y toalla, si quieres y te apetece, vas a tener múltiples ocasiones para meter tus patitas en las frías aguas atlánticas.
La ruta al Seixo Branco pasa por varios municipios por lo que será fácil encontrar donde comer o tomar algo. No así en las otras dos rutas que transcurren por entornos más naturales. En Coruña cambia mucho el tiempo, así que mi recomendación es que aunque creas que hace bueno y la temperatura es agradable te lleves una primera capa por si se levanta viento o cambia su dirección.
No te olvides la cámara de fotos, el mar es impredecible. No importará que hayas hecho la ruta muchas veces, no sabes como va a estar batiendo el mar hoy, así que siempre encontrarás el paisaje cambiado y digno de fotografiar.
Fotografía Iria Prendes
Términos de uso: Si decides hacer cualquiera de las rutas publicadas en pedalia.cc, lo haces bajo tu propio riesgo. La información aquí encontrada es únicamente un recurso que te ayudará a planear y deberá ser usada como inspiración, en conjunto con tu buen juicio y debida diligencia. pedalia.cc, sus fundadores, autores y contribuidores no son responsables, en ningún caso, por lesiones, daño a pertenencias personal o cualquier otra situación que pudiera suceder a personas circulando o siguiendo cualquiera de estas rutas.