El mirador La Loma, ubicado en el kilómetro 35 de la carretera Xochimilco – Oaxtepec, es un destino muy frecuentado principalmente por ciclistas de ruta de CDMX y del Estado de México. Pero, en esta ocasión, decidimos subir por una ruta gravel sugerida por José, conocido como Priya, después de que le platiqué que habíamos hecho una ruta gravel a Amecameca, que pasaba precisamente por La Loma.
Se trata de una ruta bastante demandante, que pondrá a prueba tu pericia y resistencia, tanto física como mental. Así que si eres de las personas que siempre están dispuestas a enfrentar un buen reto, esta ruta te encantará.
La ruta propuesta comprende un circuito de casi 85 kilómetros, saliendo desde la Alberca Olímpica (Complejo Olímpico México 68), recorriendo terreno mixto que va desde segmentos pavimentados, tanto urbanos como de carretera, así como una buena dosis de caminos de tierra.
El verdadero reto comienza aproximadamente en el kilómetro 35 del track, donde tendrás que ascender cerca de 550 metros en 7 kilómetros, todo por camino de tierra. A continuación te comparto todos los detalles.
Salida de la ciudad rumbo a Xochimilco
Partiendo de la Alberca Olímpica, la salida es sencilla. Es un trayecto plano, con un cruce a desnivel sobre División del Norte, vialidad que recorreremos hasta su entronque con Calzada del Hueso. Todo este trayecto es meramente urbano, y a pesar del tráfico, no tiene mayor dificultad.
Al cabo de unos kilómetros termina Calzada del Hueso, para convertirse en una calle que conduce al Mercado de Flores y Plantas de Cuemanco a mano derecha y al Parque Ecológico de Cuemanco a mano izquierda. Continuando por esa misma calle, se llega a un puente con rampa que cruza el Boulevar Adolfo Ruiz Cortines para continuar camino en dirección noroeste durante un kilómetro.
Hasta aquí, es evidente que te encuentras en una de las mayores urbes del mundo. Pero, por fortuna, a pocos metros se encuentra Avenida Canal de Chalco, en donde se calma considerablemente bullicio.
Canal de Chalco
Al tomar Canal de Chalco, todo se tranquiliza. Aunque todavía se rueda en un entorno urbano, a lo largo de todo este segmento llevarás el can a tu lado derecho, siempre escoltado por altos ahuejotes.
Los Ahuejotes son árboles endémicos de esta región, que pertenecen a la familia de los sauces y a lo largo de las épocas han jugado un papel muy importante para la vida en Xochimilco. Destaca el uso de sus troncos como material clave para la construcción de las chinampas.
Primer segmento de tierra
Un poco más adelante, se llega a un acceso en donde verás un letrero que te da la bienvenida a la Ruta Agroturística San Luis Tlaxialtemalco. A partir de este punto, así, de repente, termina el pavimento para continuar por un camino de tierra ancho y bien mantenido.
Aquí ya se respira el olor a campo. Por la fecha en que realizamos esta ruta, el aroma a tierra mojada estimulaba nuestros sentidos. A mano izquierda solo puedes ver el campo abierto y a la derecha seguirás pedaleando a un costado del canal. Es un tramo bastante tranquilo y un muy buen calentamiento para lo que se viene más adelante.
Cerca del kilómetro 20 del track, se encuentra un acceso a lo que parece ser una escuela y pocos metros más adelante, hay un pequeño puente. En este punto habrá que cruzar al banco sur, para poder continuar esta ruta. Nosotros cargamos las bicicletas para cruzar, pero supongo que es posible pasar sobre las chalupas (lanchas) que regularmente están ahí estacionadas.
Cruzando rumbo a Santa Catarina Ayotzingo
Después de cruzar al banco sur, continuamos bordeando el canal por unos cuantos metros más, para después tomar camino rumbo al sur. Este segmento comienza entre casitas y calles de tierra, hasta que poco a poco el entorno vuelve a ser urbano.
Nuevamente, sorteamos nuestro camino entre el tráfico hasta San Juan Tezompa, en donde la calle se convierte en una tranquila carretera que nos llevará a Santa Catarina Ayotzingo, el último poblado antes de comenzar el ansiado ascenso.
En Santa Catarina las calles son angostas y después de algunas erradas vueltas, decidimos pedir direcciones a un par de señoras que platicaban afuera de su casa. En cuanto les dijimos que nos disponíamos subir al mirador de La Loma, no tardaron en darnos indicaciones para retomar nuestro camino.
Casi frente a la iglesia del pueblo, se encuentra una pequeña callecita. Su nombre lo dice todo, ahí encontrarás Calle Cima. Hasta este punto, me había parecido una ruta demasiado sencilla, pero tan solo al levantar la mirada y ver las pendientes que se aparecían frente a mí, me di cuenta de lo que se avecinaba.
Qué comience el sufferfest
Desde aquí, todo es subida durante los próximos siete kilómetros. Los primeros 800 metros, aproximadamente, se desarrollan por empinadas calles de concreto corrugado y recubiertas con piedras ahogadas en cemento. A medida que escalamos, el número de casitas comenzaba a disminuir. No soy muy fanático de los caminos corrugados, por suerte, con cada pedalada podía sentirme más y más cerca del monte.
Estos primeros metros no son nada sencillos. Las pendientes son extremas y los segmentos más empinados el concreto se limita a marcar las huellas para que los vecinos de estas últimas casitas puedan subir con sus vehículos. Este tramo realmente pondrá a prueba tu control y pondrá las piernas a trabajar.
Tras este primer reto, por fin llegarás a un camino de tierra ancho, pero del cual no hay que confiarse. El camino serpentea por el monte con pendientes que oscilan entre el 10% y el 18%, pero eso no es todo.
Para complicar un poco más las cosas, encontrarás un camino erosionado por la bajada del agua, que te obligará a zigzaguear de un lado al otro en busca de la mejor línea en todo momento. También encontrarás secciones tapizadas de roca suelta que probablemente te obligarán a bajar de la bicicleta y en otras, pequeñas trampas de arena que te harán perder tracción.
Un reto constante que, sin duda, pone a prueba la mente. Honestamente, yo no tenía ni idea de a qué me enfrentaría. Al planear la ruta sabía que enfrentaría fuertes pendientes, pero no imaginaba la dificultad del terreno y creo que esto hizo que me costara un poco más este tramo.
Recta final al Mirador la Loma
Cerca del kilómetro 40 de este circuito, las pendientes nos dan un poco de tregua y se suavizan ligeramente. Todavía se continúa ascendiendo, pero el camino está menos erosionado, ya no hay tanta roca y hay más vegetación que refresca un poco el recorrido.
Después de algunos repechos podrás ver dos cerros que flanquean el camino. Se trata de la mina de tezontle Dos Cerros. Conforme te aproximas a la mina, se hacen evidentes los vestigios de lo que en algún momento fue un camino asfaltado. Ya falta poco, una vez que te encuentres justo entre los dos cerros, habrás llegado al punto más alto de esta travesía.
Ahora solamente te espera el disfrute. Comenzarás a descender suavemente por un camino ancho, de grava, en perfecto estado. Me imagino que este segmento está tan bien mantenido debido a que se trata del acceso principal a la mina. Así que mantente alerta, ya que es probable que te encuentres uno que otro vehículo de carga en el camino.
Al dejar la mina atrás comienzan a aparecer parcelas de siembra a ambos costados del camino. Los colores de estos campos cambiarán dependiendo de la época del año. En nuestro caso todo fue verdor.
Después de unos kilómetros más, al final del camino podrás ver el famoso mirador de La Loma a lo lejos. Antes de llegar, una última lomita y listo, a recargar energías con unas deliciosas quesadillitas, tlacoyitos o una sopita de hongos.
De regreso a la ciudad
El regreso a la ciudad lo hicimos por carretera, descendiendo rumbo Villa Milpa Alta. No entraré mucho en detalle, ya que este segmento es bastante conocido. Solamente haré hincapié en bajar con precaución, dado que esta es una carretera bastante transitada, especialmente durante los fines de semana.
Preparativos para hacer esta ruta
Importante: el segmento gravel, la subida desde Santa Catarina Ayotzingo al mirador La Loma, es un trayecto bastante solitario. Por tal razón, te recomiendo ir siempre en grupo y mantenerse alerta. En este caso, realizamos la ruta tres personas y no tuvimos ningún contratiempo ni situación en la que hayamos sentido peligro. Sin embargo, nos han reportado que se han dado incidentes de robo de bicicletas en ese segmento.
La bicicleta adecuada
Esta ruta es ideal para realizarse en una bicicleta tipo gravel o de montaña, principalmente por las condiciones del camino, de Santa Catarina al Mirador. Dado que incluye bastante camino pavimentado, una bicicleta de gravel sería la opción más eficiente.
Dadas las pendientes y condiciones que enfrentarás, el rodado y el rango de velocidades también jugará un papel importante para el disfrute de esta ruta. Mi recomendación es un rodado mínimo de 40 mm de ancho para tener buen nivel de agarre y cierta amortiguación, especialmente al enfrentar las zonas rocosas.
Las velocidades bajas te ayudarán a enfrentar las duras pendientes. Además, las velocidades bajas te permitirán mantener una cadencia eficiente en los terrenos más sueltos.
Agua y comida
Salvo en el tramo de Santa Catarina al Mirador la Loma, no encontrarás donde abastecer agua ni comida. Por lo tanto, te recomiendo llevar suficientes snacks y dos bidones de agua. Toma en cuenta que antes de este segmento, encontrarás tienditas donde reabastecer. Así que con que te asegures de comenzar el ascenso con suficiente agua y botanas será más que suficiente. Y, al final del arduo esfuerzo, podrás comer como se debe en el Mirador.
Otras consideraciones
La ruta se puede hacer durante todo el año. Sin embargo, es importante llevar la indumentaria adecuada según la previsión del clima. Durante los meses de mayo a octubre, no son raras las lluvias, así que no está de más llevar un impermeable.
En algunos tramos de la ruta la exposición al sol es total. Por lo que recuerda siempre llevar y aplicarte protector solar o, si las temperaturas lo permiten, manga larga.
Fotografía José Luis Ramírez
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