El sonido de las llantas girando sobre el pavimento y el que produce la rotación libre de la rueda trasera. Esos son los únicos dos sonidos que deberías escuchar en tu bicicleta. Todo lo demás es ruido.
Los craqueos, chirridos, tintineos y demás ruidos que tu bicicleta pueda presentar son definitivamente un indicio de que algo no está bien. El problema se suele resolver con un simple ajuste, un poco de limpieza o lubricación cuando se ataca el problema tempranamente; caso contrario, tu bicicleta sufrirá progresivamente daños mayores, más difíciles y costosos de reparar, además que el ruido será cada vez más notable.
A continuación te compartimos 5 tipos de ruido que son muy comunes en la bicicleta, de acuerdo a su localización y te decimos cómo identificarlos y solucionarlos.
1. Roce en las ruedas
Las ruedas pueden rozar con otros elementos de la bicicleta y provocar ruido por varias razones:
- La rueda está incorrectamente instalada
- El rin está doblado
- La llanta tiene una protuberancia
- Alguna zapata de freno está desajustada y hace fricción con la llanta en vez del rin
Para identificar cuál de estas razones te está afectando, inspecciona cada una de las ruedas girándolas y prestando atención al lugar donde se produce el roce. Los roces con la llanta son muy peligrosos, ya que pueden reventarla en muy poco tiempo, por lo que si este es el origen del ruido, no utilices tu bicicleta hasta remediar esta situación.
2. Ruido en la cadena
Si escuchas un constante chirrido o un ruido cada 3-4 pedaleadas, significa que el problema se encuentra en la cadena. Debes revisar que:
- La cadena esté limpia y lubricada
- No haya ningún eslabón rígido
- Ningún eslabón esté roto o doblado
- La cadena no esté rozando con el desviador/descarrilador trasero o delantero
La limpieza con desengrasante y un cepillo limpiarán tu cadena y permitirán que la nueva lubricación haga su trabajo correctamente. Si ya la cadena está dañada, aunque pueda haber maneras de repararla, el reemplazo es altamente sugerido, puesto que suelen quedar debilitadas. Es importante limpiar y medir el desgaste de tu cadena regularmente.
3. Frenos chillones
El ruido más común causado por los frenos es un chillido muy molesto pero, por fortuna, no muy difícil de remediar. Las posibles causas son:
- Las zapatas o pastillas de freno están instaladas de forma incorrecta
- Las mismas están desgastadas
- El cáliper o cantiléver no está centrado
- El rin o disco está sucio o grasoso
Los frenos soportan fuertes vibraciones, por lo que suelen desajustarse. Revisa que todos los pernos y tuercas estén bien ajustados antes de proceder a las demás verificaciones.
Recuerda proteger los discos y rines del aceite o grasa mientras le realizas mantenimiento a tu bicicleta. Cuando se ensucien, puedes limpiarlos con papel absorbente y alcohol. Revisa que las pastillas o zapatas estén igualmente limpias.
4. Dirección con tintineo
Los ruidos en el eje de dirección generalmente se sienten al pedalear de pie o “en bailarina” porque de esta forma se aplica más presión al manubrio y, por lo tanto, a la potencia y al eje de dirección. También es posible que los notes al frenar. Para prevenir o solucionar el ruido producido por estas piezas debes:
- Asegurarte que tazas de dirección estén bien ajustadas.
- Verificar que los rodamientos estén en buen estado y lubricados.
No es necesario apretar las tazas y tuercas exageradamente. El movimiento en el eje debe ser suave y sin juegos.
5. Eje de pedalier y pedales con craqueo
Ese terrible craqueo en el centro de la bicicleta cada una o dos pedaleadas suele deberse a que las bielas están desgastadas o que el eje de centro puede necesitar ajuste o remplazo (dependiendo si es sellado o puede ser ajustado). Para evitar esto, debes engrasarlas y ajustarlas con suficiente fuerza. El mismo problema puede suceder en el rodamiento del pedal, solo que en este caso el sonido se presenta debajo de los pies. Una vez que estas piezas se desgastan, el remplazo es casi obligatorio.
Prevención y reparación
Es mucho mejor dedicar algún tiempo antes y después de usar la bicicleta para verificar su buen funcionamiento y realizar algún procedimiento de limpieza o lubricación. Esto, como ya lo mencionamos al inicio, es mucho mejor que esperar que un pequeño ruido se transforme en una o más piezas totalmente dañadas.
Ahora bien, si es muy tarde para prevenir porque ya tu bicicleta presenta un ruido insoportable, aplica los métodos de reparación aquí presentados y vuelve a verificar su funcionamiento. Si el ruido permanece después de un buen mantenimiento, no dudes en cambiar las piezas que sean necesarias. No solo se trata de la molestia que causa el ruido, se trata de tu seguridad: una cadena, dirección o pedales propensos a desarmarse o romperse pueden causar graves consecuencias.