El uso del casco en la práctica del ciclismo como medio de transporte realmente es un buen indicador de que las calles no son seguras y que los ciclistas tienen miedo. Si realmente queremos hacer del ciclismo urbano una forma de transporte más segura, créanme el uso del casco no es la solución.
La mañana del lunes 1 de octubre (2018) el conductor de una pipa de PEMEX para transporte de gasolina, le arrebató la vida a un ciclista de aproximadamente 40 años, al embestirlo por detrás. La excusa fue la misma: “no lo vi y además no traía casco”.
Desagradables fotos del fallecido tendido en el pavimento acompañaban las recriminaciones que no se hicieron esperar. Todo tipo de descalificaciones al usuario de la bicicleta circularon por las redes sociales culpándolo por no usar un casco.
La culpa no la tiene el casco
De acuerdo a testigos, los hechos ocurrieron esa mañana del lunes en la avenida Revolución, a la altura de la avenida de la Paz, sí, justo ahí, en uno de los puntos que mayores conflictos ha generado -por la invasión de la ciclovía- entre ciclistas y automovilistas en la Ciudad de México.
Al parecer, el ciclista intentó cruzar la avenida Revolución, circulando por las cebras peatonales y el conductor de la pipa al dar la vuelta lo mató. Aún se desconoce la identidad del fallecido y muchos de los detalles más importantes sobre el incidente, pero muchos, incluidos varios usuarios de la bicicleta le culpan sin mayor información, y para ellos, el motivo de su muerte se debe a no usar casco.
La supuesta omisión lo ha hecho culpable automáticamente a los ojos de muchos, pero muy pocos se han detenido a pensar en la variable más importante del siniestro: la responsabilidad del operador de un camión de gran tonelaje que es conducido sin la menor precaución y bajo el precepto de muchos de los conductores de automotores de nuestra ciudad: “tú eres un estorbo y si te atropello es tu culpa, las calles no están hechas para caminar y mucho menos para transportarse en bicicleta”. Y bajo ese precepto, muchos automovilistas eluden su responsabilidad asumiendo que el riesgo es tuyo y de nadie más.
Licencias de conducir un permiso para matar
Con este texto no pretendo satanizar el uso del casco o desalentar a los que lo usan, pero si quiero dejar en claro que un casco para el ciclismo no es un seguro contra siniestros viales y, que en México, nuestras autoridades a la hora de realizar su trabajo nos están fallando una vez más.
Fallas que nos están costado la vida de más de 16,000 personas que mueren cada año en nuestro país en hechos de tránsito; omisión de las autoridades en cuanto a las políticas implementadas para llevar a cabo la construcción de infraestructura segura para todos los usuarios de las vías; fallan porque siguen privilegiando la movilidad en automotores sin ningún tipo de control, pues la mayoría de los automovilistas no saben conducir, ni mucho menos conocen el Reglamento de Tránsito, así como muchas de las normas y prácticas que fueron implementadas para proporcionar seguridad en la movilidad de todos los usuarios.
En esta ciudad nadie tiene que demostrar que sabe conducir, ni mucho menos que está capacitado para a hacerlo. Es más, la licencia de conducir en esta ciudad además de que te la dan sin ningún control que certifique que sabes conducir, ha demostrado ser un mero trámite recaudatorio, pues no es válida ni para cobrar un cheque en el banco, pero si es válida para ponerte detrás de un volante y maniobrar toneladas de peso sin el menor conocimiento para hacerlo.
Pero es hora de que hablemos con la verdad, y un casco simplemente no puede evitar que te atropellen y en el caso de que suceda bajo estas fatídicas condiciones, no te ayudará a salvar la vida, pues, un casco para el ciclismo está diseñado y fabricado para protegerte de una caída de tu bici a baja velocidad, por lo cual, en este caso en particular, el casco no le hubiera evitado que lo impactara la pipa y mucho menos que lo matara.
Cuáles son los alcances del casco ciclista
Como lo especifican los fabricantes de cascos y como muchos sabemos, el uso del casco eventualmente puede protegerte de caídas individuales a no más de un metro de altura, y yendo a una velocidad no mayor a los 20 km/h., aunque esto puede variar de acuerdo a tu peso y otras variables.
El casco está pensado para cuando lo peor ya ha sucedido, y tenemos que ser claros: no evita que te atropellen y en el caso de que caigas de tu bicicleta, no evita la lesión, únicamente la disminuye.
Es por esto que este elemento de seguridad no debe ser tomado como una garantía, ni mucho menos como objeto de seguridad que por arte de magia podrá absorber el impacto de un camión de 15,000 kilogramos de peso, de hecho, son muy pocos los objetos que soportarían un recargon de esta intensidad, ya no digamos una embestida directa al cuerpo de un ser humano.
El casco está pensado para cuando nuestra habilidad en la conducción ha fallado.Y no para a hacer frente a un vehículo que pesa toneladas y que es conducido a altas velocidades. El que te atropelle un automóvil no tiene nada que ver con portar casco o no.
Reduciendo la fuerza del impacto
Como el componente principal de la mayoría de los cascos es el poliestireno, que en caso de impacto al caer de la bicicleta, se contrae, desacelerando el impacto en la cabeza, es importante que seamos conscientes de sus alcances y riesgos.
El grosor del poliestireno de tu casco es clave, pues permite que la estructura absorba una cantidad de energía determinada, hasta que llega un punto en que no puede absorber más energía. Es por esto, que al haber sido utilizado en una caída, ese casco debe ser sustituido inmediatamente, aunque el daño no sea evidente.
Y los fabricantes de cascos son claros en eso, pues un casco ciclista protege en impactos en línea recta, pero no hay evidencia de que proporcionen protección en impactos que involucren movimientos rotatorios, por lo que no están diseñados para proporcionar protección adecuada en caso de impacto con un automóvil.
Por ejemplo: un casco en buenas condiciones tiene la capacidad de reducir la energía de un impacto en alrededor de un 27%, es decir, si te caes de tu bicicleta yendo a 25 km/h., y caes de cabeza, el casco sólo disminuirá la velocidad del impacto como si circularas a unos 18 km/h. Aún sigue siendo un fuerte impacto. Por supuesto que en el caso de una caída será mejor que traigas casco, pero no debemos considerar al casco como la panacea en seguridad.
Saberlo utilizar es clave para tu seguridad
Otro aspecto importante y relativo a la efectividad del casco, radica en su correcta utilización y cuidados a éste. En innumerables ocasiones he observado a ciclistas portando su casco de forma incorrecta: mal ajustado, suelto, caído hacia adelante, atrás o hacia un lado. Muchas otras es usado con gorras, paliacates, y demás accesorios bajo de él, lo que disminuye su efectividad en un gran porcentaje. Pues el casco ciclista tiene capacidad de absorción del impacto comunicante cuando está bien ajustado sobre tu cabeza, por lo que es importante que sigas al pie de la letra las indicaciones del fabricante.
Sé que muchos de ustedes tienen muchas anécdotas de cómo el casco les ha salvado de un fuerte impacto e incluso muchos aseguran que les ha salvado la vida en más de una ocasión, y en este punto no hay discusión, sigue usándolo. Pero se consciente que a lo sumo, los cascos para ciclismo pueden reducir las consecuencias de las colisiones, pero no pueden detener que un siniestro de tránsito suceda en el primer lugar.
Y hay que tener cuidado de no obsesionarnos con el casco para la seguridad de los que nos transportamos en bicicleta, pues esto, puede resultar en descuidar medidas de seguridad más efectivas. Ya que esto podría explicar por qué la tasa de lesiones graves en ciclistas de Australia -donde es ley el uso del casco- es 22 veces mayor que en los Países Bajos.
Sin embargo, usarlo y conducir tu bicicleta a una velocidad prudente es suficiente para asegurarnos que en el caso de una caída sin la intervención de un automotor, saldremos sólo con algunos raspones como resultado. Ahora bien, si lo tuyo es ir a velocidad tipo descenso en los Pirineos, como si fueras en una etapa del Tour de Francia, y pasarte altos en calles principales, además de recomendarte el uso del casco, también te recomendaría la contratación de un seguro de gastos médicos mayores e incluso uno funerario.
Ciclismo como transporte
También ha quedado claro que en nuestro país el auge del ciclismo urbano es nuevo y que los usuarios de la bici están más influenciados por el ciclismo deportivo, donde sí se necesita el casco, que por esta nueva práctica de movilidad para la ciudad, lo que les hace confundir el uso propicio y alcances del mismo para nuestra seguridad.
Al final el uso del casco para transportarte en la ciudad debe ser una decisión propia y no debe estar fundamentada en el temor. Y es precisamente cuando las personas no se sienten seguros de andar en bici que van a usar el casco.
El uso del casco para el ciclismo urbano debe ser visto como un fracaso de la política, una estadística vergonzosa. El uso del casco en el ciclismo como medio de transporte es una señal de que el gobierno ha fracasado miserablemente en su deber de proporcionar seguridad en las calles.
Porque no ha sido capaz de proporcionarnos calles seguras con límites bajos de velocidad para los automotores, de asegurarse de que todo aquel que conduzca un automotor está capacitado física y mentalmente para a hacerlo; porque han sido incapaces de construir infraestructura ciclista conectada y apta para el tránsito seguro por ella, entre otros muchos factores que estoy seguro que están muy lejos del uso del casco.
Pero nunca se debe recriminar a un ciclista que ha sido víctima de un siniestro de tránsito en el que se involucra un automóvil por no usar el casco, en cuyo caso habremos de saber que, nada tienen que ver el uso del casco para saber quién es culpable de la pérdida de una vida.
Este tipo de siniestros es un llamado a cambiar la forma en que planeamos nuestras calles y así como a quién le permitimos la libertad de conducir un automotor. No una ocasión para a hacer leña del ciclista caído.
Con tus recriminaciones a aquellos que no usan casco mientras se transportan en bicicleta por la ciudad lo único que están fomentando es el temor a andar en bici, contribuyendo a encender la interminable guerra entre los que defienden el uso del casco y quienes no lo usan. Pero final, los muertos los estamos poniendo nosotros, los usuarios de la bicicleta.