A pesar de que el casco es uno de los accesorios más populares, muchos ciclistas no le dan un cuidado apropiado. El no hacerlo puede comprometer la integridad estructural del mismo y reducir su vida útil (de 3 a 5 años según el fabricante).
Así que si quieres mantener tu casco en óptimas condiciones durante toda su vida útil sigue estas recomendaciones.
1. Evita impactos innecesarios

Los cascos de bicicleta están diseñados para protegerte contra el impacto de una caída a baja velocidad. Por tal razón un impacto innecesario puede debilitarlos la estructura de tu casco.
Al no llevar el casco puesto, procura no sujetarlo al exterior de tu mochila ni lo dejes en la bici cuando esta está estacionada. Al hacer esto el casco puede golpearse y en ocasiones ni te das cuenta.
Aunque los impactos son leves, con el tiempo se van sumando y pueden llegar a dañar la capa externa del casco, o incluso su cuerpo interno.
Si vas a quitarte el casco cuando no andes en bici, lo puedes envolver en tu suéter y guardarlo dentro de la mochila, por ejemplo. O simplemente llévalo contigo y cuélgalo en algún perchero o colócalo en un lugar donde sea poco probable que sufra una caída o golpe.
2. No lo expongas a calor extremo

Los cascos de ciclismo a menudo se mantienen unidos entre su cuerpo interno y la carcasa externa con pegamento, que puede debilitarse con facilidad en temperaturas extremas.
Nunca dejes tu casco en lugares donde le dé la luz del sol por tiempo prolongado, ni donde haya fuentes de calor intensas. Al guardar tu casco cuando no lo usas hazlo en un lugar fresco y seco.
3. No lo expongas a pinturas ni solventes
Al igual que el calor intenso, los solventes pueden afectar el pegamento que mantiene unidas las partes del casco. Además, las pinturas y sus productos químicos pueden interactuar con la carcasa de policarbonato y la espuma EPS y degradar la integridad del casco.
Si quieres darle una remodelada a tu casco, o cambiar su estilo, lo más sabio es usar calcomanías, nunca pintarlo.
4. No sujetes objetos externos a tu casco
Sé que este punto no te va a gustar, pero es un hecho que ningún fabricante de cascos te recomendará sujetar objetos a su producto. Al sujetar una cámara, luz o cualquier tipo de objeto extraño al casco, este puede generar un punto de estrés durante un impacto. De igual manera, el objeto externo puede quedar atrapado en el suelo en una caída deslizante, aumentando así, las fuerzas de rotación peligrosamente.
Lo más recomendable es que no adhieras nada a tu casco y mucho menos en el tope de este. Si necesitas grabar tus pedaleadas por el motivo que sea, siempre será mejor que la cámara de acción vaya sujeta a la bici o que utilices un arnés al cuerpo diseñado especialmente para ello.
5. Lava el casco con cuidado

Siempre es buena idea lavar el casco periódicamente. A las bacterias les encanta el sudor, y estás suelen ser la causa de mal olor.
Cuando laves tu casco, debes usar agua y jabón suave. Nunca utilizes productos que contengan amoníaco o cloro. Después de lavarlo suavemente, enjuágalo muy bien y déjalo secar al aire, en un lugar donde no este expuesto al sol directo, ni a una fuente de calor.
6. No intentes reparar tu casco

La mayoría de los cascos están diseñados para resistir un impacto y nada más. Una vez que se produce ese impacto, no intentes conservar el casco o repararlo; es hora de obtener un casco para bici nuevo.
Algunos daños pueden ser difíciles de detectar. Por lo que se recomienda cambiarlo después de una caída, aunque no haya daño aparente.
Realiza inspecciones periódicas de tu casco buscando pequeñas grietas, impactos en la carcasa exterior, decoloración en la espuma o daños en la correa. Cualquiera de estos daños es un indicativo de que es hora de cambiar tu casco.