Ilustración: Bedtime Stories for Rebel Girls / Ms. Carmina.

Alfonsina Strada: la mujer que desafió al Giro de Italia

Poseedora de un espíritu competitivo que la llevaría a la tumba, Alfonsina Strada –alias el Diablo con vestido– fue la primera mujer en desafiar la segregación en el ciclismo profesional  y competir en la edición del Giro de Italia de 1924.

El Giro de Italia, es una de las tres grandes carreras del World Tour.  De éstas, aún en la actualidad, a ninguna mujer se le permite competir dentro de estos eventos de elite masculina, que son, según todas las normas, muestras de las competiciones más duras, difíciles y agotadoras que este deporte puede exigir a un atleta; y cuyos organizadores pensaban que sólo los hombres son capaces de saldar. Hasta que vino a desmentirlos: Alfonsina Strada – El Diablo con vestido, como la llamó la prensa de esa época-, único caso documentado en competir en el Giro de Italia al mismo tiempo que los hombres.

Foto: La Gazzetta Dello Sport

Una bicicleta como regalo de bodas

Antes de que comiencen a decir que es una machorra o cualquier descalificativo con el que quieran nombrar a esta pionera del ciclismo de competición, permítanme decirles que de machorra Alfonsina, no tenía nada, al contrario, la mujer resultó ser una rompe corazones y varios hombres hubieran dado su pierna derecha por salir a pedalear al lado de esta amazona bicicletera.

Alfonsina se casó en más de una ocasión: la primera con Luigi Strada, de donde cambió su apellido Morini por Strada. Luigi, quien también era ciclista, se convirtió en el entrenador personal de ésta y juntos se mudaron a Milán, ciudad que contaba con un velódromo donde poder entrenar y en el que Alfonsina, estreno la bicicleta con manubrio de carreras que Luigi le dio como regalo de bodas.

A la muerte de Luigi, Alfonsina, se volvió a casar con Carlo Messori, un ciclista en el retiro, con quien abrió una tienda de bicicletas en Via Varesina, en Milán. Carlo comenzó a escribir las memorias de Alfonsina, hasta que la muerte lo alcanzó en 1957, dejando inconclusas las memorias de la campeona ciclista que había conquistado su corazón.

Foto: La Gazzetta Dello Sport

Los orígenes

Nacida en una pequeña población del norte de Italia en 1891, justo cuando la bicicleta estaba en lo más alto de su auge y cuando las mujeres de todo el mundo estaban usando estas máquinas de libertad, como herramienta y símbolo de lucha por la igualdad de género. No cabe duda que Alfonsina fue una mujer de su tiempo.

El padre de Alfonsina fue clave en el amor de la pequeña por el ciclismo, pues éste, intercambio pollos de la granja familiar a cambio de la primera bicicleta de Alfonsina, quien aprendió a montar a la edad de 10 años. A la edad de 13 años estaba ganando carreras en contra de niñas y de niños por igual.

Foto: La Gazzetta Dello Sport

Nace el Diablo con vestido

Para consternación de sus padres, el ciclismo no fue un capricho pasajero de la niña Alfonsina, y en 1917 incursiona en el Giro de Lombardía.

Como las normas de aquel entonces ni siquiera contemplaban la participación de la mujer, mucho menos la prohibían, por lo que el comité organizador no pudo oponerse a que Alfonsina lo corriera, y terminó en la posición número 32, siendo la única mujer que lo ha pedaleado de manera oficial.

Entre otros eventos, Alfonsina compitió en el Gran Premio de San Petersburgo, y pasaría a romper el récord de velocidad de las mujeres, un registro que retendría durante 33 años – este récord lo hizo cuando las bicicletas de competición pesaban arriba de los 20 kg y tenían una sola velocidad-.

El Giro de Italia

Años más tarde y contando con todo el apoyo de su entrenador y esposo Luigi Strada, Alfonsina decide competir en el Giro de Italia. No está claro si ella se coló deliberadamente usando el nombre de Alfonsín Strada, o si fue una equivocación. Pero, otra versión asume que, al no contar con una estrella que generará grandes encabezados en los diarios de la época, se dice que los organizadores en secreto dejaron competir a Alfonsina en el Giro bajo el nombre masculino de Alfonsín Strada.

Sin importar cual fuere la verdad, Alfonsina arrancó junto con todos los competidores utilizando el número 72 en el dorsal. Ese año el Giro consistió de 3,613 kilómetros, divididos en 12 etapas.

Los organizadores no se dieron cuenta hasta el día antes del inicio, y Alfonsina, incluso gozó de cierto éxito en las primeras etapas manteniéndose lejos de los rezagados en todo momento, cosa que no fue del agrado de la Dirección del Giro.

Foto: La Gazzetta Dello Sport

«Nadie puede detener mi bicicleta»

Fue en la etapa 7 de 304 km, donde Alfonsina se accidentó en varias ocasiones, incluso cayendo de la bicicleta y en la que muchos participantes tuvieron que ser remolcados cuando los organizadores le comunicaron que había sido descalificada por llegar “fuera del tiempo de control” a la meta. Meta a la que llegó con el manillar roto y utilizando un palo de escoba que alguno de los espectadores dio a Alfonsina para que pudiera conducir su bicicleta.

A pesar de estar descalificada uno de los patrocinadores del Giro le propuso financiarla si seguía con la carrera aunque fuese de forma extraoficial, y así lo hizo.

No únicamente terminó todas las etapas sin apoyo de la organización, sino que lo hizo antes que varios corredores siendo aclamada por el público de Milán, escenario de la última etapa en una entrada mítica. Fue así que entró en la historia del ciclismo como la primera y única mujer en competir junto a otros hombres en una de las tres grandes pruebas mundiales.

Su fama de campeona llegó al mismísimo “Duce”, Benito Mussolini, quien pidió conocer a la ciclista que había puesto en entredicho la fortaleza de varios ciclistas hombres de la época.

Al querer competir en la edición del Giro del años siguiente, los organizadores se le adelantaron y prohibieron oficialmente que las mujeres pudieran competir en el Giro de Italia, hasta el día de hoy.

Foto: la bicicleta de Alfonsina Strada expuesta en el museo del ciclismo «Madonna del Ghisallo» / crestomatía

Competitiva hasta la muerte

Con los años Alfonsina se quedaría sola en Milán, donde pasó sus últimos años montando en bicicleta todos los días hasta que el ciclismo se hizo demasiado agotador para una Alfonsina avejentada, razón por la cual cambiaría la bicicleta por el motociclismo.

Ella vendió algunas de sus medallas y trofeos y compró una motocicleta: Moto Guzzi de 500cc. En septiembre de 1959 competiría montando su Guzzi en la carrera Tre Valli Varesine. Al regresar a casa la moto cayó y Alfonsina intentó levantarla con la suerte que el peso de la motocicleta fue mucho y le provocó a Alfonsina un infarto al corazón, muriendo en 1959 a la edad de 68 años.

Foto: «Los años rugientes de Alfonsina Strada» por Paolo Facchinetti