Cuando comienzas a andar en bicicleta es normal que solo te fijes en su estética general: en la pintura y en uno que otro detalle que, al final del camino, no tiene mayor relevancia. Y eso es completamente normal, después de todo, así inicia nuestra atracción por la bicicleta como objeto de diseño.
Pero conforme vas a acumulando horas arriba del sillín y kilómetros pedaleados en tus piernas, poco a poco te vuelves un conocedor que busca la minuciosidad, personalización y elegancia de una bicicleta hecha a su medida. Lo que en un principio solo era tu interés porque tu bici combinará con tu casco, con el paso del tiempo y la experiencia, se va tornando en algo mucho más complejo y profundo.
Ahora te preguntas por las partes de tu bicicleta y su funcionamiento, por el material del que está hecha y sus prestaciones, la geometría y su funcionalidad, y por supuesto, si todo eso en conjunto tiene sentido para la bicicleta que necesitas. No por nada, has pasado tantas horas sobre tu bicicleta como para no reconocer el refinamiento en la manufactura de una bicicleta hecha exclusivamente para ti y las funciones que desempeñará.
En China y sin amor
En sus inicios, todas las bicicletas eran hechas a mano y sin la intervención de procesos de fabricación mecanizados, y no hace mucho tiempo, bien entrada la década de 1980, la mayoría de las bicicletas –sobre todo las de ruta- de alta gama, seguían siendo fabricadas de manera artesanal y a la medida del corredor, sobre todo, cuando se trataba de pedalistas profesionales.
Sin embargo, en la actualidad, esta práctica se ha ido relegando, pues la mayoría de las bicicletas se producen a gran escala en el Lejano Oriente –mayoritariamente en China, Taiwán, Taipéi y otras ciudades de la región, así como en el subcontinente de la India; donde los avances en los procesos mecanizados de construcción y la producción masiva, han visto a todos los tipos de bicicletas pasar por sus técnicas de fabricación para hacerlas más asequibles y más avanzadas tecnológicamente que nunca. Pero sobre todo porque los bajos salarios de quienes las producen y sus largas jornadas laborales, hacen un festín de ganancias monetarias para las grandes marcas.
Es un pequeño lujo, pero creo que lo valgo
Eso no significa que las personas ya no quieran bicicletas de fabricación manual y hecha a su medida. Pues, después del increíble resurgimiento de la bicicleta que se extendió por el país en la última década, era inevitable que los ciclistas más exigentes buscarán bicicletas únicas, incomparables y excepcionalmente bien diseñadas.
La escuela mexicana
Como resultado, ahora tenemos algunos constructores artesanales de bicicletas a pequeña escala creando maravillosas bicicletas completamente personalizadas y a medida para los ciclistas más exigentes y lo mejor de todo, es que los encontramos en nuestro país.
En los últimos años ha habido un resurgimiento en el número de constructores de bicicletas a medida en el país y la Ciudad de México, y aunque la mayoría todavía trabaja el acero, también tienen los conocimientos para trabajar el titanio, acero inoxidable, aluminio y fibra de carbono, y cualquier material que sea viable para la construcción personalizada de bicicletas al más puro estilo de “la vieja escuela”.
La vieja escuela
A través del tiempo, se creyó que la producción industrializada acabaría con el trabajo artesanal. Por lo cual defender el trabajo artesanal a muchos les parecerá ir en contra del desarrollo de la economía y de la humanidad misma, para ser francos, que la nostalgia por el trabajo artesanal y ponerle el alma a lo que uno produce sería enterrado por el progreso sin ningún miramiento.
No obstante, hoy en día, -y no solo en la- Ciudad de México, encontramos a un grupo de jóvenes creadores que gracias a su pasión y redescubrimiento por la bicicleta, están rescatando y devolviendo a la manufactura hecha a mano su esencia, dando como resultado un producto de la más alta calidad que ha sido creado para satisfacer todas y cada una de las necesidades y caprichos de los ciclistas. Devolviéndole a la construcción de bicicletas hechas a mano con técnicas tradicionales y herramientas de precisión todo el glamour, elegancia y atractivo que por derecho propio siempre les ha pertenecido.
Estos jóvenes constructores han retomado la antorcha de soldadura y reviven el arte casi perdido de la construcción de cuadros, y la demanda de su trabajo va en aumento. Pues además de poseer un cuadro, pedales, ruedas, un sillín y un manillar estas bicicletas tienen alma propia.
Básica Studio
Eli “de Bicla” Acosta, es la madre de Básica Studio, proyecto que no hace otra cosa que, evidenciar que las mujeres cuando están resueltas, hacen todo lo que un hombre puede hacer, pero mejor.
“Se pueden hacer grandes bicis con las herramientas mínimas, pero las más especializadas”, asegura esta pionera en el rubro que, no ha tenido nada fácil su ascenso en la escena de la construcción de bicicletas hechas completamente a mano en México, incluso, me atrevo a asegurar que si no es la única, es de las “poquísimas” que se desenvuelven en este artesanal oficio.
Básica Studio no es su primer proyecto, pues ya cuenta con algo más de 10 años en la fabricación de bicicletas, pero si es con el que corona una década de aprendizaje en la materia.
Si estás buscando una bicicleta preferentemente hecha en cromolio, soldada con autógena y utilizando las aleaciones más selectas, este es el lugar al que debes ir.
“Aquí fabricamos bicis para niños, gente pequeña, de montaña, ruta, cicloviaje, urbano, pero lo que hacemos más, son las últimas tres”, afirma Eli. Con una gama de bicicletas diseñadas para la aventura, el turismo y la ruta, cuya clave del éxito es la exhaustiva exploración del conocimiento para la manufactura y la versatilidad de sus diseños, en Básica Studio están a la cabeza de la construcción de bicicletas en la ciudad, con una producción de algo más de una docena de bicicletas -sobre pedido- al año.
“De todo el proceso que implica el diseño, la planeación y la realización de una bicicleta a medida, lo que más disfruto, es entregar la bici, y ver sus caras cuando le entregas esa bici que ellos mismos planearon y que confiaron en mí para hacerla realidad, no hay nada como el ver cómo disfrutan su bici, esa es mi parte favorita”, confiesa Eli.
Eli, siendo mujer ha tenido que vivir en carne propia la dificultad de formar parte de un oficio dominado por hombres -hasta este momento-. Y no ha sido una labor sencilla, hacerse con el conocimiento adecuado para desempeñar su oficio de constructora de cuadros debido a las trabas que los hombres en el oficio han puesto en su camino, pero que ha logrado sobrellevar con mucho garbo.
“La industria nos obliga a fijarnos en cosas que al final no tienen importancia, porque una marca está pensando en hacer la bici más rápida, porque ahora, a estas alturas de la invención de la bicicleta, ¿en qué más pueden innovar? La industria nos quiere llevar a un lugar específico para vendernos lo que ellos quieren. Y lo que yo les puedo decir, es que las cosas no son así en las bicicletas, aquí es diferente.
La bici perfecta es la que hace tu vida más sencilla y cómoda, no la que te quiere vender la industria”, afirma Eli, a quien le toma alrededor de 70 horas fabricar una de sus bicicletas.
Cómo contactar a Básica Studio
Vulpe Cycles
Esta marca, realmente nace como una evolución de Distrito Fijo (una boutique para el ciclismo), en Vulpe Cycles, cuentan con la técnica y trabajo de su fundador, Mario Guzmán, maestro constructor que se instruyó como miembro de la primera generación de egresados de la prestigiosa The Bicycle Academy, de Londres, Inglaterra; a su lado, Diego Rocha –un enamorado del diseño y las cosas hechas a mano- como aprendiz, hacen realidad las exquisitas piezas que los ciclistas les piden construir.
«La bicicleta como yo lo entiendo es el artefacto mecánico más perfecto para el transporte. Y si logras que la unión entre la bicicleta y el ciclista sean perfecta, entonces obtendrás una eficiencia máxima.
El decir, “hecho a mano”, para mí: es decir que los seres humanos no estamos hechos en serie, y entonces, cada quien requiere de una bicicleta que se adapte a sus necesidades y medidas, a diferencia de las bicicletas hechas en serie, que deben llegar a promedios que acepten las personas y entonces lo que compras corresponde más a tendencia global. No quiere decir que es mejor o peor, ese no es mi punto de interés. Pues nuestro mercado es el ciclista experimentado.
Aquí el cliente es la parte primordial del producto final. Tan es así, que si nosotros no encontramos esa comunicación con el cliente, no podemos hacerle una bici, porque en nuestro proceso de diseño y fabricación está involucrado el cliente al 100%.
Todos sabemos que cuando tienes una bici, quieres algo que te mueva en dos ruedas ya sea para transportarte, hacer ejercicio, la recreación y etc. Y en ese sentido tú puedes ir a cualquier tienda y comprar ese producto que va a resolver tus necesidades, pero llega un punto, cuando ya estás más adentrado en el mundo del ciclismo que, muy probablemente esa bici que se compra en las tiendas no cubrirá todas tus necesidades.
Porque quieres que tengas ciertos ángulos en la geometría o determinados componentes. Que se adapte exactamente a tus medidas. Entonces, el tipo de nuestros clientes ya saben que es lo que necesitan y nosotros se lo proporcionamos. Nuestros clientes tienen muy claro que desde la conceptualización del diseño, se requiere de mucho conocimiento, pues por ejemplo: una bicicleta para pasear requiere ángulos más cerrados, que una bicicleta para competir, que serían más abiertos, puesto que los ángulos que hacen cada triángulo de la estructura de la bicicleta van a dificultar o facilitar el uso para el que requieres esa bici.
Cada tipo de ciclismo requiere diferentes ángulos en la constitución de su estructura (cuadro y tijera). Ciertamente las medidas son importantes pues necesitan adaptarse a las longitudes de tu cuerpo.
Las bicis para mujer mexicana son algunas de las que mayor personalización necesita, pues como ya había mencionado los estándares mundiales en bicicletas son un poquito más grandes que lo que realmente necesita una mujer mexicana, pero aquí se las hacemos a su medida”, relata Mario.
Con una producción de alrededor de 10 bicicletas por año distribuidas en proyectos tan complejos y variados como una Gravel bike, una bicicleta de carga o una para el cicloviaje, en Vulpe Cycles, invierten no menos de 25 horas de trabajo solo para fabricar el cuadro. Aquí, harán que ese amor por la bicicleta perfecta que ha estado rondando tu cabeza, sea una realidad.
“Es por el amor que le tenemos a la bici que nos dedicamos a esto, porque aún no es un negocio del cual se pueda vivir, realmente todo lo que ingresa en capital por la manufactura de las bicicletas, se reinvierte en herramienta, que además, resulta cara porque es casi imposible conseguirla aquí en México, la mayoría la tienes que importar tú directamente.
Todo lo hacemos porque creemos que el mundo puede ser de otra manera; nos podemos salir de los cánones del consumo o la producción en serie en la forma en que nos transportamos. Hacer las cosas diferentes, pero bien hechas”, concluye Mario Guzmán.
Cómo contactar a Vulpe Cycles
Atom Cycles
Esta firma está formada por Wladimir Labraña y Dulce Ortiz, pareja que comparten algo más que su estado civil –pues son pareja- en una minuciosidad hecha bicicleta, Aquí, cada pieza es única y ninguna es igual en ningún sentido.
Para tal propósito, Wladimir Labraña, maestro constructor que tiene educación formal como “técnico en construcción en metal”; disciplina que aprendió desde la escuela preparatoria en su natal Chile; técnicas con las que ha llegado hasta el refinamiento de sus creaciones de dos ruedas.
“Aprendí a soldar en la preparatoria en Chile, ahí me enseñaron los conocimientos necesarios para fabricar cualquier tipo de estructura metálica, que hoy, he trasladado a la creación de bicicletas, hechas con técnicas tradicionales. Yo puedo hace cualquier tipo de bicicleta, desde montaña a la de pista que es la más sencilla.
En Atom Cycles, buscamos la divergencia a la industria masiva. La industria ofrece un mismo modelo para muchas disciplinas o usos para esa bicicleta, Aquí nosotros te ofrecemos justo lo que no encuentras en la industria de la bicicleta, tus necesidades específicas en una bicicleta, aquí te las fabricamos”, asegura Labraña.
La destreza con la que construyen sus bicicletas ha llegado a traspasar fronteras, pues algunas de sus creaciones ya ruedan en Europa y los Estados Unidos. Prestigio avalado por más de 6 año de construir bicicletas personalizadas en las distintas disciplinas que engloba el ciclismo.
“En un principio comencé a construirlas en un escantillón hecho de madera, que en realidad es como para pasatiempo, y yo estuve 4 años trabajando con él, hasta que me fue insuficiente para lo que quería hacer, pues con el paso del tiempo, los proyectos fueron creciendo en complejidad y empecé a necesitar herramienta de mejor calidad y cada vez más especializada.
Algo que me llevó a construir con ayuda de un amigo diseñador industrial el escantillón que ahora tengo. Este fue hecho en México por piezas, pues las diseñamos para responder a nuestras necesidades y ahora tengo una herramienta de precisión de mucha utilidad para mi trabajo” Explica Wladimir.
Como bien han dicho esta pareja de creadores, Atom cycles es “la herramienta para hacer realidad los sueños de ese conocer del ciclismo”.
Cómo contactar a Atom Cycles
Hacienda Ojo de Agua 55770, Hacienda Ojo De Agua, Tecamac, Estado de México, México.
Teléfono: 5559386391
No se puede negar que la mayoría de las bicicletas de producción masiva que se venden en la actualidad, están bien diseñadas, bien fabricadas y tienen precios competitivos. Pero estas tres opciones que les presento, son el lugar indicado para el ciclista que busca la perfección de la personalización en una bicicleta y por supuesto que tenga entre 800 y 2500 dólares americanos para mandarse a hacer una bicicleta, pero si lo ves desde punto de vista de la relación precio calidad, la verdad es que sales ganando haciendo tu bicicleta con ellos.
Si tienes necesidades particulares en términos de tamaño o geometría que no son satisfechas por el mercado masivo, entonces la tradición es el camino a seguir y, por supuesto, también es la opción para aquellos que quieren destacarse del público en masa.