En Euskadi contamos con 9 trazados de antiguas vías ferroviarias recuperadas como itinerarios para recorrer a pie o en bicicleta. Sus caminos serpentean entre la accidentada orografía, aprovechando la infraestructura de puentes y túneles.
Con un desnivel asequible para todo el mundo y sin tráfico motorizado, se convierten en la alternativa perfecta para recorrer esta tierra de montes y bosques, en familia o con amigos, de una forma fácil y segura. En esta ocasión te compartimos nuestro recorrido por la Vía Verde del Urola.
Vía Verde del Urola
El recorrido que te proponemos a continuación, te llevará a recorrer todo el valle del río Urola, desde su nacimiento en las faldas del imponente Aizkorri hasta su desembocadura en el Mar Cantábrico, en Zumaia.
A lo largo de esta travesía descubrirás la naturaleza, arquitectura, arte y la historia viva de la industrialización tan importante en la zona. No por nada el río pasó de llamarse Legazpi a Urola (agua de ferrerías en euskera).
Este es un buen plan tanto para amantes del deporte, como para familias con niños, ya que conjuga el disfrute de la naturaleza, el deporte y la cultura.
Características del recorrido
El recorrido comienza en el Parque de Mirandaola, conectando a través de un carril bici con el inicio del antiguo trazado del ferrocarril eléctrico, en Zumárraga, desde donde continúa sin interrupción hasta el barrio de Iraeta en Zestoa.
A partir de aquí termina el tramo acondicionado y debemos realizar una conexión por carretera, de 4 km, hasta las afueras de Zumaia.
A pesar de que esta es una ruta de ida y vuelta, la accidentada orografía, la exuberancia de los bosques y vegetación hará que la ida y vuelta parezcan dos recorridos completamente diferentes.
En nuestro caso hemos cubierto el itinerario completo en ambas direcciones, en dos días consecutivos (Mirandaola-Zumaia, Zumaia-Mirandaola). Lo consideramos adecuado si estáis habituados a hacer al menos 50 km en llano y teniendo en cuenta que llegar hasta el mar supone necesariamente recorrer los 4 km de carretera bastante concurrida.
Viajando con la familia
Si tienes pensado hacerlo con niños o consideras que la ruta completa es demasiado larga, una gran alternativa puede ser el tramo Zumárraga-Azpeitia, el más atractivo de todo el trazado. En este segmento, la Vía Verde se encajona entre las laderas de la montaña y los numerosos puentes y túneles se convertirán en toda una aventura para los más pequeños.
Mirandaola
El carril bici comienza junto a la antigua ferrería hidráulica y Museo del Hierro Vasco. Antes de arrancar, te recomendamos hacer una visita y apreciar la antigua maquinaria en funcionamiento.
Legazpi
Por ver la ferrería merece la pena el tramo en torno a Legazpi, que por lo demás transcurre en gran parte entre grandes naves industriales. Otro de sus atractivos puede ser la visita al Museo de Chillida, antiguo taller del artista, en donde se forjaron muchas de sus grandes esculturas, como el Peine del Viento de Donostia.
Zumárraga Urretxu
A partir de aquí la vía se adentra en un cañón cerrado que obligó a los ingenieros a diseñar una sucesión de puentes y túneles. Es muy interesante echar a volar la imaginación mientras se contempla como la vía va abriéndose camino y adaptándose a la empinada ladera de la montaña.
Recorrer la sucesión de túneles esculpidos en la roca y los pasos aéreos con clásicos puentes ferroviarios construidos con vigas de hierro será sin duda toda una experiencia. Pero no solo eso, durante la ruta también podrás apreciar caseríos tradicionales y la montaña cubierta de bosques de robles, fresnos, castaños y pinos.
Azkoitia
En el País Vasco, es fácil encontrarnos celebrando alguna fiesta tradicional o simplemente socializando mientras degustamos un buen pintxo con un pote. En nuestro caso, nos topamos con un rally de coches clásicos, en pleno casco antiguo.
Si te encuentras con alguna celebración, no dudes en bajarte de la bici por un ratito y compartir con el resto de la gente. Estamos convencidos de que disfrutarás de la experiencia.
Otra recomendación al pasar por este punto es tomar un pequeño desvío para ver los frontones diseñados por el escultor Jorge Oteiza.
Santuario de Loyola
El imponente complejo arquitectónico, también conocido como el Pequeño Vaticano, es una parada obligatoria. Te recomendamos al menos una visita a la basílica que te dejará boquiabierto con su gran cúpula central.
Si dispones de un poco más de tiempo, otra gran idea sería visitar la casa donde nació San Ignacio de Loyola. Esta antigua construcción ha sido convertida en museo acerca de la vida y obra del santo.
Azpeitia
Si viajas en familia, es muy recomendable una visita al Museo Vasco del Ferrocarril. Este museo se enorgullece de tener una de las colecciones ferroviarias más completas de toda Europa, incluyendo locomotoras de vapor, diesel y eléctricas.
Recorre las antiguas cocheras, talleres y oficinas y si tienes la oportunidad vive la experiencia de viajar en un antiguo tren de vapor que circula todos los fines de semana.
Zestoa
Este punto marca el final (o comienzo) del tramo transitable de la Vía Verde. A partir de aquí, debemos continuar por 4 km de carretera hasta enlazar de nuevo con un carril bici que rápidamente nos acerca al mar.
Zumaia
No se nos ocurre nada mejor que concluir esta etapa con un baño en el Mar Cantábrico. Además de disfrutar de sus aguas, no puede faltar un paseo por el animado pueblito pesquero.
No son pocos los encantos de Zumaia, que ya fue protagonista en nuestra ruta conociendo los faros vascos. Además de sus hermosas playas, podrás maravillarte con su casco histórico, recorriendo sus calles y edificios medievales.
De regreso a Mirandaola
Zumárraga y Zumaia, por su conexión en tren con Donostia – San Sebastián, puede ser una buena opción para aquellos que os desplacéis en transporte público.
Del mismo modo, todas las localidades están conectadas con servicio de autobús. Sin embargo, esta opción tendrá ciertas limitaciones para las bicicletas. La posibilidad de traer tu bicicleta depende de la afluencia de pasajeros, número de bicis y tipo de bus.
La bicicleta ideal
Por la sencillez y el buen estado del trazado, literalmente cualquier bicicleta es apta para disfrutar de la Vía Verde del Urola. El único requisito será que tu bicicleta esté en buen estado y traer las herramientas básicas en caso de sufrir algún pinchazo.
A pesar de contar con servicios cada poco tiempo, no está de más cargar con un poco de agua y snacks para el camino.
Alojamiento
Si como nosotros decides hacer noche en Zumaia, busca alojamiento con antelación. El pueblo es una maravilla y la oferta hotelera limitada, así que es fácil encontrar todo lleno, especialmente en época estival.
Esperamos haberte inspirado y animado a que nos visites y recorras el interesante valle del Río Urola que tanto tiene para ofrecer. Por nuestra parte estamos seguros de que no te defraudará.
Descarga la ruta en PDF.
Fotografía Álvaro Teixeira
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