Rutas gravel en Texcoco

Rutas gravel en Texcoco para todos los niveles

Cobijado entre magueyes, ahuehuetes milenarios, manantiales y vigilado por el monte Tláloc, quedé completamente enamorado de estos caminos desde mi primera visita. Además de la infinita variedad de rutas que puedes encontrar en estas tierras, sus paisajes echan a volar la mente, imaginando como sería esta región en épocas prehispánicas. Y es que este territorio fue cuna de uno de los más grandes tlatoanis, el mismísimo Nezahualcóyotl, el rey poeta.

A continuación te comparto tres de mis rutas gravel favoritas en Texcoco. Todas estas diseñadas por mi gran amigo Ricardo Pacheco, apasionado de la bicicleta y verdadero conocedor de la zona.

Cada ruta tiene características únicas, comenzando con una ruta dura, con poco más de 80 km y 1000 metros de desnivel. La segunda ruta será un deleite para quienes están en busca de una pista rápida, con poco desnivel, ideal para rodar en modo carrera o simplemente para disfrutar. Finalmente, la tercera es una ruta corta, de poco menos de 40 kilómetros, pero que te llevara a un mirador desde el cual podrás gozar de una vista de 360º y familiarizarte con el entorno de Texcoco.

1. Texcoco Gravel Bash

Cada que Ricardo me invita a conocer alguna de sus rutas, no lo dudo ni un instante. Y es que hasta ahora, cada ruta ofrece algo que la hace única. Decidí bautizar a esta ruta como Texcoco Gravel Bash por ser bastante dura. Cuenta con algunos puntos que requerirán de técnica, pero 100% rodable, y sus pendientes pondrán a prueba tu determinación.

Después de toda gran subida, viene la recompensa. Todo tu esfuerzo será premiado con un descenso de ensueño, por una larga bajada que corre por un camino de tierra ancho y con unas panorámicas que te dejarán sin aliento.

En esta ocasión la convocatoria fue muy buena. Además de varios ciclistas locales convocados por Ricardo, también se dieron cita los ya famosos y amantes del ciclismo de aventura, Fatties y Chabochos Garage.

Iniciamos el recorrido alrededor de 20 personas. Sin embargo, las dificultades del camino no se hicieron esperar. A los pocos kilómetros de arrancar comenzaron los pinchazos. Después de varios tiempos muertos, decidimos que podíamos dividirnos en tres grupos, cada uno a su propio ritmo, y así poder disfrutar al máximo del reto que nos esperaba.

Al final de la ruta nos reunimos nuevamente para recargar energías y celebrar el haber culminado la ruta y el cumpleaños de un excelente amigo Roberto, mejor conocido como El Placas Locas.

Salida de Texcoco de Mora

Gravel Bash - Saliendo de Texcoco

Al igual que el otro par de rutas que te comparto en esta colección, arrancamos desde Sprinters, el taller de bicis de Ricardo. Desde aquí el trayecto inicia por terreno mixto, conectando pequeñas localidades hasta llegar a San Pedro Chiautzingo y comienza la verdadera aventura gravel. El inicio es tranquilo, ideal para irte mentalizando para lo que se viene.

Ascenso duro en territorio gravel

De repente, se acaba el pavimento y comienza la diversión. Durante los próximos trece kilómetros subirás por un terreno cambiante, que va desde tierra compacta, pasando por zonas con piedra volcánica y una que otra trampa de arena.

Las condiciones del camino hacen importante llevar un rodado adecuado y en buen estado. Yo diría que un ancho mínimo de 40 mm y de preferencia tubeless sería ideal. La piedra volcánica es demasiado abrasiva, por lo que si tus cubiertas ya están demasiado gastadas puede que no resistan los embates del camino. En esta zona no solo hay que cuidarse de las rocas, también hay que estar atentos de las numerosas plantas espinosas que bordean estos caminos.

La subida no es nada sencilla y pondrá a prueba tu habilidad y temple. Pero al llegar a la parte alta, podrás disfrutar de unas majestuosas vistas. Si el cielo está despejado, en algunos puntos podrás ver la imponente CDMX a la distancia y desde otros podrás deleitarte con hermosos valles y numerosas montañas.

Comienzo de un descenso de ensueño

Gravel Bash - inicio de la bajada

Todo tu esfuerzo será recompensado con una vertiginosa bajada, por un camino de tierra, ancho y, en su mayoría, en muy buen estado. Durante este descenso se pueden alcanzar velocidades considerables, por lo que la prudencia es importante. Si no te sientes con la confianza y/o destreza para dejarte ir, vale más tomarla con calma y bajar a tu propio ritmo. Sin importar como decidas descender, te aseguro que los paisajes te maravillarán.

La bajada en terracería continua, más o menos, hasta el kilómetro 36, donde continuarás descendiendo por una carretera pavimentada con muy poco tráfico, hasta llegar al poblado de Otumba de Gómez Farías.

El último reto de la jornada

Gravel Bash - vías del tren

Podríamos decir que a partir de aquí inicia el regreso hacia Texcoco, pero no te relajes demasiado, que todavía faltan algunos retos por enfrentar. Continuando con la tónica de esta ruta, este tramo será por terrenos mixtos, incluyendo un segmento que sigue las vías del tren desde Otumba, hasta su cruce con la carretera MEX 132, donde se toma una terracería que sigue paralela a las vías.

Debido a que los numerosos pinchazos ya nos habían retrasado bastante y que el sol estaba a tope, decidimos hacer un cambio de último momento a la ruta planeada. Cerca del kilómetro 56, optamos por dejar las vías del tren y continuar por la carretera a Teotihuacán por pocos metros para tomar el camino a Belén. Ahora sí, este era el reto final, un pequeño ascenso de poco más de 6 kilómetros.

Cerrando con broche de oro

A pesar de que la subida a Belén es corta, el sol extenuante y el hecho de que ya traíamos varios kilómetros encima, hicieron que esta escalada se me hiciera eterna. De manera frugal, administre mis últimos tragos de agua hasta llegar a la cima de esta última subida. Finalmente, y después de un breve descanso a la sombra de un árbol, hora de bajar.

Para entrar a Texcoco, nuevamente conectarás entre localidades, pasando de caminos de tierra a carreteras y calles locales. Nuestro meta para esta ruta fue El Güereje, un restaurante muy peculiar, en el que podrás disfrutar de gastronomía local y recobrar energía con un pulque. El lugar es bikefriendly y sus precios son bastante accesibles. Así que si andas por estos rumbos, este es un lugar 100% recomendado.

2. Ruta del Congreso Gravelero Texcocano

Esta ruta es ideal para esas personas que les gusta la velocidad. Buena parte del trayecto se desarrolla en el viejo lecho del Lago de Texcoco, por lo que es un recorrido prácticamente plano en su totalidad.

Yo diría que esta ruta es para todos los niveles. Puede ser ideal para quien está entrenando para alguna carrera o, como nosotros, para alguien que simplemente busca pasar un buen rato disfrutando de la bicicleta y de la buena compañía.

Pasaje entre los ahuehuetes de Nezahualcóyotl

Una de las ventajas de recorrer los caminos con expertos locales, como es el caso de Ricardo Pacheco, es el escuchar todas esas leyendas e historias de los lugares por los que vas pasando. Un ejemplo es un pasaje, bastante peculiar, en el que te encontrarás bordeado por enormes ahuehuetes, a la salida de Texcoco de Mora.

Según nos contó Ricardo, estos ahuehuetes fueron plantados en tiempos de Nezahualcóyotl. Estos árboles fueron los favoritos del soberano y ordeno plantar ahuehuetes en los alrededores de Texcoco e incuso en lo que hoy en día es el Parque de Chapultepec, en la CDMX.

Dejamos la ciudad para dirigirnos rumbo al famoso y, en tiempos recientes, controversial Lago de Texcoco. Para esto, habrá que cruzar la carretera por un túnel con muy poco tráfico, así que no tienen mayor complicación. Continuamos el trayecto a lo largo de un canal, que dependiendo de la época del año puede decorar las vistas con un bello espejo de agua.

Circuito gravel en el Lago de Texcoco

Sin darte cuenta, te encontrarás en lo que en algún tiempo fue el lecho del Lago de Texcoco. Ahora sí, si es a lo que vienes, llegó el momento de pedalear a máxima velocidad y recorrer estos caminos como te gusta. Pero si prefieres ir a un ritmo más tranquilo, también es válido y bastante disfrutable.

Actualmente, el paisaje en el lago, ahora conocido como Parque Ecológico Lago de Texcoco, es ecléctico. De repente te encontrarás con secciones aun con agua, hogar de flora y fauna local. Estos pequeños oasis de naturaleza te hacen olvidar que te encuentras a no más de 30 kilómetros de una de las ciudades más grandes del planeta.

Otros tramos muestran vestigios de lo que sería y el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM), pero que nunca fue. Es raro ver estructuras modernas rodeadas de naturaleza. Además de despertar la curiosidad, también hacen reflexionar sobre la conservación de los tesoros naturales que tenemos en México.

Gravel en Texcoco - Lecho del Lago

En otros segmentos, te encontrarás rebaños de vacas o de ovejas pastando felices y a sus pastores aprovechando los recursos que la naturaleza les da. Sin duda este es un recorrido muy peculiar, pero que se disfruta a lo grande.

De regreso a Sprinters Bici Taller

Para regresar a Texcoco, nuevamente hay que cruzar la carretera por un tunel. Es posible seguir derecho hasta Texcoco de Mora por un costado de la carretera. Sin embargo, como puedes ver en el track, nosotros optamos por añadir un par de kilómetros más y sacar el máximo provecho rodando con la mejor compañía.

3. Ascenso al mirador Patlachique

Esta es la ruta más corta de esta lista y a pesar de tener una que otra pendiente considerable, no debería ser tan demandante. Digo debería, ya que en esta ocasión nos sorprendió la lluvia. A pesar de que fue una breve llovizna, fue suficiente para dejarnos un camino de arcilla fresca y pegajosa.

Al igual que en las rutas anteriores, la cita fue en Sprinters Bici Taller. Importante mencionar, que en el momento en el que realizamos esta ruta, el taller estaba en otra ubicación. Considera esto si quieres seguir este track tal y como te lo comparto. En las rutas anteriores encontrarás la ubicación actual.

Rumbo al Parque Patlachique

Después de echarnos unos deliciosos tamales para iniciar con energía la aventura, salimos de Texcoco de Mora conectando caminos de tierra con alguno que otro segmento pavimentado. Como ya lo mencioné, Ricardo conoce estos caminos a la perfección y siempre nos lleva por hermosos parajes, haciendo que la salida se sienta lo menos urbana posible.

A poco menos de una hora de haber iniciado nuestro recorrido, nos sorprendió la lluvia. No fue demasiado intensa como para detenernos, y continuamos pedaleando bajo la lluvia. Algunos minutos después de haber iniciado, en el último tramo pavimentado previo a adentrarnos al Parque Patlachique, la lluvia ya había cesado y la carretera estaba completamente sola. La cubría una ligera neblina que le daba un toque de encanto al paisaje.

Un ascenso demasiado lodoso

Gravel en Texcoco - camino a Patlachique

Continuamos el ascenso hasta llegar a unos arcos a medio construir que marcan la entrada al Parque Patlachique. Por desgracia, la lluvia había sido suficiente para convertir el camino en una trampa pegajosa. Iniciamos la subida por este camino de arcilla y lo que debería ser un ascenso tranquilo se convirtió en toda una prueba de periscia.

Conforme rodábamos el lodo se iba acumulando en las cubiertas, junto con una que otra piedra y rama. La acumulación de lodo en las cubiertas no tardaba en obligarnos a parar y limpiarlas para poder seguir. En otros tramos, cuando el terreno era demasiado resbaloso, no nos quedaba de otra más que empujar. Pero, todo es parte de la aventura.

El verdadero reto vino algunas horas después, cuando el sol volvió a asomarse y comenzó a secar el fango. Ahora el lodo comenzaba a apelmazarse de tal manera que frenaba la rueda completamente. Parábamos, limpiábamos y continuábamos hasta que se volviera a atascar. Así recorridos al rededor de cuatro kilómetros, que se sintieron como veinte.

Con ramas atoradas en los cambios y cadenas que se salían logramos llegar a terrenos más rodadores. Continuamos rodando hasta que finalmente, en lo alto del cerro, pudimos ver nuestro objetivo del día, la torre del Mirador de Patlachique.

Panorámicas en lo más alto

Desde este punto podrás gozar de vistas en los cuatro puntos cardinales. Con un poco de suerte, y un buen ojo, podrás divisar a uno que otro escurridizo coyote. Este es un buen punto para descansar y comer algo antes de emprender el regreso.

La bajada también tuvo sus complicaciones, principalmente por el lodo que se acumulaba hasta frenar la rueda por completo. Pero a pesar de eso, la disfrutamos y gozamos de los paisajes y ambiente fresco que nos acompañó a todo momento.

Como ya se ha vuelto costumbre, culminamos esta aventura en el restaurante El Güereje, donde nos echamos unos merecidos tlacoyos y unos curados de guayaba que me supieron a gloria.

Preparativos para estas rutas

La bicicleta adecuada

Cualquiera de estas rutas se puede hacer perfectamente en una bicicleta gravel, bicicleta de montaña o cualquier bicicleta con un rodado adecuado, en buen estado mecánico y con un buen rango de velocidades. Especialmente para la ruta Texcoco Gravel Bash.

Yo recomendaría un rodado con ancho mínimo de 40 mm, con cubiertas en buen estado para reducir la probabilidad de pinchar, ya sea por las piedras o espinas del camino. Aunque no es esencial, considero que el llevar ruedas tubeless será un gran plus. Además de reducir la probabilidad de pinchar, te permitirá rodar con presiones más bajas, ofreciendo un descenso más suave y maximizando tu tracción en las subidas en terreno suelto.

Hidratación

En el caso de las últimas dos rutas, uno o dos bidones de agua pueden ser más que suficientes. Sin embargo, para la Texcoco Gravel Bash yo si sugeriría llevar mínimo tres bidones.

A pesar de que en las tres rutas será posible recargar agua en alguna tienda local, vale más estar prevenido con agua suficiente. Como ya lo mencioné, en el caso de la primera ruta, tuve que administrar muy bien mi agua en los últimos kilómetros.

Gravel en Texcoco - preparativos

Alimentación

Al igual que con el agua, encontraras tiendas locales o puestos de comida donde comer algo. Pero además, es altamente recomendable llevar snaks para mantenerte durante la ruta. Puedes llevar nueces, gomitas, galletas, chocolates o cuquera de tus botanas favoritas.

Cómo llegar

Desde la Ciudad de México es posible llegar en auto particular, autobús o incluso pedalear hasta Texcoco. Si vas en carro, no tendrás dificultad para encontrar donde estacionarte, es bastante seguro.

En cambio, si optas llegar en autobús, podrás tomarlo en la central TAPO de la CDMX, con salidas cada 15 minutos. El recorrido toma alrededor de 40 minutos.

Finalmente, es factible rodar desde la Ciudad de México. Es un trayecto con poco desnivel y, dependiendo de que punto salgas, de unos 30 kilómetros aproximadamente. En mi opinión, la mayor complicación es la salida de la CDMX, después el trayecto será relativamente sencillo.

Cuando hacer las rutas

El clima en esta zona es bastante predecible y la temperatura, a lo largo del año, va de los 3 °C a los 26 °C. Por lo que, en teoría, se puede rodar casi todo el año. Sin embargo, como ya lo viste, durante la temporada de lluvias las condiciones pueden ser un poco más complicadas. Los meses de lluvia van de finales de mayo a principios de octubre.

Fotografía José Luis Ramírez

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