A poco más de 100 km de Barcelona, en la comarca del Solsonès, se encuentra la Sierra de Busa, caracterizada por formar una meseta (Pla de Busa) rodeada de enormes paredes de roca que la separan como una isla del resto de la cordillera.
A simple vista parecería un lugar remoto y de difícil acceso, no por nada aquí se encuentra lo que alguna época fue una prisión natural. Te compartimos una ruta circular, ideal para disfrutar de una aventura gravel y descubrir los paisajes y sitios históricos que encierra este sitio.
La ruta
Con poco más de 50 km, la ruta comienza en la iglesia de Correa y está compuesta por caminos mixtos, principalmente caminos gravel, asfalto y algunos segmentos de senderos. Es una ruta idónea para hacerse en una bicicleta gravel y re recomienda llevar suficiente agua para la jornada, ya que no encontrarás fuentes en el camino.
El comienzo es tranquillo, arrancando con un descenso pavimentado de 5 km para calentar las piernas. Después de este primer segmento, se llega a un camino ancho de tierra, todo un paraíso para quien disfruta del gravel.
Poco después se inicia un ascenso continuo en el que encontrarás algunos segmentos, cortos pero exigentes, que en ocasiones alcanzan pendientes de hasta 21%. La buena noticia es que los paisajes no te dejarán indiferente y el esfuerzo valdrá la pena.
Tras algunos kilómetros más de ascenso, llegarás a un altiplano. En este punto encontrarás un sendero que te llevará a la prisión natural de Busa. La peculiaridad de este sitio es que se encuentra totalmente desconectado del resto de la cordillera.
Hoy en día puedes cruzar por medio de una pasarela metálica, pero en la época de la Guerra del Francés, los prisioneros franceses eran traídos a este lugar y cruzaban utilizando una pasarela de madera, la cual era removida. Cuenta la historia que muchos de los prisioneros no resistían las penurias de esta prisión natural y terminaban por aventarse al vacío. Antes de dar el salto fatal repetían la frase: mourir à Busa resourgir à Paris.
A pesar de tener una historia de conflicto, desde esta prisión podrás apreciar unas vistas inigualables, para después comenzar un merecido descenso hasta la Masia el Pujol. En este sitio, con gran valor histórico, podrás recargar energías con un café con leche y degustando las delicias de la gastronomía local antes de enfrentar la última subida de esta ruta, previa al descenso final.
Fotografía y video Alba Xandri y Ricard Calmet
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