Ciclista rodando por las formaciones rocosas del castil de tierra

3 rutas de gravel por el patrimonio natural de Navarra

Existe una carretera de montaña en el Norte de Perú, que en menos de 70 kilómetros se desploma desde el Paso Calla Calla, a 3600 metros, hasta la localidad de Balsas a 850 metros.

Este tramo, que toma unas pocas horas dejándote deslizar carretera abajo, te lleva desde la puna andina de viento gélido, al ambiente tórrido y seco en el valle del río Marañón. Una especie de túnel espacio-temporal en el que desayunas temprano por debajo de los 0 °C  y almuerzas a mediodía, madura fruta tropical, con el termómetro a 40 °C.

Me encantan esos días en bici, donde pasas por las cuatro estaciones del año y el paisaje cambia tan radicalmente que al final de la jornada tienes la sensación de haber vivido diferentes viajes dentro del mismo.

Concentrados en menos de 180 kilómetros de norte a sur puedes recorrer de las cumbres y valles siempre verdes de Pirineos, al desierto de caprichosas formaciones de las Bardenas, pasando por bosques atlánticos y colinas mediterráneas con olivares y viñedos. Así de contrastante es Navarra.

Un campo de juegos para cualquier tipo de ciclismo lleno de pequeñas carreteras locales, pistas de grava y montes repletos de single tracks. Además, Navarra es conocida como una de las provincias con mayor afición por nuestra actividad favorita.

En Komoot te dejo 3 tracks ideales para que los recorras en tu bicicleta de gravel:

1. Ruta Cañada Real de los Roncaleses – dos días de microaventura en la que conectas el Prepirineo con el increíble paraje desértico de las Bardenas Reales, siguiendo antiguas rutas de pastoreo.

2. Ruta Selva de Irati – uno de los mayores hayedos de Europa. En esta ruta, recorreremos las crestas de la sierra de Abodi con preciosas vistas a los Pirineos. También te sumergirás en un denso bosque,  que por momentos, te hará sentir rodando en Canadá.

3. Ruta de las cuevas y bosques mágicos – en la sierra de Urbasa. Un recorrido corto y accesible para todos los niveles serpenteando entre hayas trasmochas, cuevas y bosques encantados.

1. Ruta Cañada Real de los Roncaleses

Utilizada por los pastores del valle del Roncal y Salazar en Pirineos, La Cañada Real de los Roncaleses, ofrecía un corredor seguro a los rebaños de ovejas, que descendían hasta el valle del Ebro durante los meses más duros del invierno.

Te proponemos una microaventura de dos días, atravesando una de las zonas más espectaculares de Navarra por su naturaleza y cambios de paisaje.

Ten en cuenta que la dirección Norte-Sur está pensada para tener a nuestro favor el viento dominante conocido como Cierzo. También te recomendamos evitar las Bardenas Reales durante el verano o épocas lluviosas.

Día 1 – De Lumbier a San Isidro del Pinar

Lugares favoritos:

  • Restaurante Iru Bide – una barra bien surtida de pintxos, con una cazuelita de revuelto de boletus (de temporada) brutal para empezar la jornada.
  • Foz de Lumbier – cañón excavado por el río Irati y uno de los lugares más visitados de Navarra.  
  • Despoblado de Peña – una pequeña aldea deshabitada, desconocida y oculta en el corazón del monte.

Foz de Lumbier

Una buena manera de iniciar la ruta es con un café con leche y una cazuelita de Boletus con revuelto de patata y huevos en el restaurante Iru Bide. Yo, además cuento con la compañía de Silbia, la siempre positiva y amante de la naturaleza que nos guio por sus montañas en la ruta circular Aizkorri.

Nada más dejar el pueblo de Lumbier, y tras un breve tramo, te adentrarás en la Foz de Lumbier a través de la Vía Verde del antiguo Ferrocarril del Irati. El sencillo tramo transcurre entre paredes verticales y túneles. Ojo, aunque no sea imprescindible, algún tipo de luz te vendrá bien.

Valle del Río Aragón

Una vez salgas de la Vía Verde, un pequeño tramo de 5 km de carretera nacional te dejará en Sangüesa. Atravesada la pequeña ciudad, ya no dejarás de rodar por parcelarias de grava y solitarias carreteritas locales entre campos de cultivo y canales de riego.

ciclista en camino en despoblado de pena

Despoblado de Peña

Desde la finca particular de Torre de Peña, el ascenso continuo por la pista forestal sube hasta al pequeño asentamiento de Peña y su espectacular bastión medieval colgado de una colina. Deshabitado desde los 50, desconocido y perdido en medio del monte, vas a tener la sensación de encontrarte frente a la localización de alguna película épica.

El aviador inglés

Gracias a unos excursionistas “Navarricos” (que gente más simpática), nos enteramos de la existencia del cementerio situado extramuros de Peña y al lado del buzón de la cumbre de la sierra. Un pequeño recinto a 1000 metros con muros medio derruidos y unas pocas cruces y lápidas.

Lo realmente extraño y especial es encontrar entre los apellidos locales una lápida de mármol, grabada con el nombre D.C.B. Walker. Capitán de aviación inglés, alcanzado por las baterías antiaéreas Nazis en la frontera vasco-francesa y que terminó estrellándose en estas tierras.

No dudes en aparcar la bici un rato y subir hasta el lugar, las vistas y la historia merecen la pena.

San Isidro del Pinar

Tras abandonar Peña te espera un divertido descenso de 20 kilómetros hasta la zona de San Isidro del Pinar, donde a nosotros nos espera un encuentro muy especial.

Algo que llama la atención de este y otros pueblos de la España seca y vaciada, es su particular distribución. Levantados de la nada en la década de los 50 por el régimen franquista. Tenían como propósito, repoblar estas zonas y desarrollar la actividad agraria. Todo gracias a los famosos pantanos y canales de riego construidos durante la época.

paisaje en San Isidro del Pinar

Hospitalidad

A través de Asier, el ciclista que conocí durante el confinamiento COVID en India y con el que descubrimos, Territorio Oso en la Montaña Palentina, acabamos el día en el hogar de Pablo y Kiko, los responsables del proyecto de agricultura ecológica Bardea.

Nos sentamos en “familia” alrededor de la mesa repleta de productos de la huerta recién recolectados. Hay tortilla de patatas, ensalada y tomates de esos que saben a tomate de verdad, sopa casera, embutidos, aceite y vino ecológico. Los abuelos cuentan historias y hablamos sobre soberanía alimentaria, ecología y recuperación del espacio rural… Y hay risas y buen rollo. Y tanto yo como Silbia nos sentimos felices de volver a disfrutar, una vez más, de una de las mejores recompensas de viajar. La hospitalidad.

Día 2 – De San Isidro del Pinar a Tudela

Lugares favoritos:

  • Monumento al pastor bardenero – obra del navarro, Antonio Loperena y entrada norte del precioso desierto.
  • Refugio libre – construcción básica, pero suficiente para pernoctar, sin agua en los alrededores y situado en una de las entradas principales a Bardenas intuyo que poco tranquilo el fin de semana.
  • Castil de Tierra – icónica y conocida formación geológica de Bardenas Reales. 
  • Centro de Información Bardenas Reales – información turística, pero sobre todo posibilidad de rellenar agua.

La vendimia

Para cuando terminamos el desayuno y dejamos San Isidro del Pinar, la cuadrilla ya llevaba unas cuantas horas trabajando en el campo, así que aprovechamos para acercarnos, ver las viñas y despedirnos con el último abrazo.

Gran recorrido GR-13

mujer y arroyo

La ruta continua por el GR-13, aprovecha estos kilómetros para cargar agua antes de adentrarte en el Parque Natural. Si es necesario, planifica un desvío que pase por alguno de los pueblos. Una vez que estés dentro, no encontrarás ninguna fuente.

Nosotros, no nos percatamos del pequeño detalle de que Bardenas es un semidesierto y terminamos recogiendo agua de un canal de riego.

Pastor bardenero

Es a partir del monumento donde nos adentramos en el laberinto de formaciones geológicas. La ruta que te proponemos, te llevará fuera de los circuitos donde pueden circular vehículos a motor y por lo tanto, “libre” de turismo.

Desde el desierto de la Tatacoa en Colombia, el lejano oeste americano o la Capadocia turca, pasando por algunas zonas de los Andes o las estepas del altiplano Iraní. Todos esos paisajes podrás ver reflejados en esta maravilla del sur de Navarra.

Castil de Tierra

Ciclista junto a castil de tierra

Casi al final de la ruta y en la salida por el sur, te toparás con el icónico castillo de tierra. Seguramente el cabezo, como se conocen estas formaciones, es más conocido e instagrameable. Por esa misma razón y porque se puede llegar en coche, suele estar lleno de gente.

Salida sur

La salida que te proponemos, al igual que el resto de Bardenas Reales puede presentar problemas con un barro muy pegadizo en caso de lluvias.

De cualquier manera te animo a que intentes esta alternativa, pues al final te aguarda un precioso sendero, que conecta con el GR-99 (Camino Natural del Ebro) que te llevará directo a la localidad de Tudela, final de la ruta.

2. Ruta Selva de Irati

En la propuesta que te traemos, recorreremos parte de las 16 rutas diseñadas desde el Centro BTT de Irati, repartido en cuatro centros de información. Ten en cuenta que durante el invierno es muy probable que gran parte de los caminos y accesos se encuentren cerrados por nieve.

Lugares favoritos:

  • Paso de Tapla – perfecto para pernoctar en tu vehículo camper y desayunar con vistas épicas.
  • Altos de Abodi – Suave cresteo a lomos de la sierra de Abodi con “Piris” como telón de fondo. ¡Wow!
  • Centro de Montaña Irati-Abodi -información de rutas, alquiler de material, comida… Importante, puedes encontrar cerveza artesanal de la región.
  • Casas de Irati – una de las principales puertas de entrada a Irati y bastante turístico, pero con algunos servicios como bar-restaurante, información y centro BTT con alquiler de bicis.

Paso de Tapla

En esta ocasión ruedo junto a Iván, amigo desde los 4 años y compañeros en viajes como la Vía de la Plata o la vuelta a Cerdeña en bici.

La ruta comienza desde el espectacular mirador donde puedes dejar tu vehículo o incluso pernoctar en el pequeño aparcamiento de tierra donde vimos varias  caravanas. Sin lugar a dudas, un magnífico plan si te acercas en tu vehículo camperizado y quieres disfrutar de un despertar épico con las preciosas vistas hacia el Sur.

Y aunque nosotros no pudimos gozar de ese lujo, sí tuvimos la increíble suerte de presenciar los buitres leonados alimentándose de las vísceras de cordero, arrojadas por pastores.

perro y buitres

Imagina, una danza grotesca de cientos de pájaros enormes con más de 2 metros y medio de envergadura. Emplumados en colores pardos y con ese aspecto repulsivo pero tan especial.

Peleando y despedazando vísceras y escapando eventualmente de las fauces (más ladradoras que mordedoras) de los perros pastor. Una maravilla caleidoscópica y casi hipnótica de pura vida y muerte.

Punta Idorrokia

ciclista y camino a distancia

Nada más al comenzar te vas a topar con un ascenso de apenas 500 metros, corto, pero impracticable y muy empinado que te hará echar pie a tierra hasta alcanzar la punta de Idorrokia, 1.493 m.

Que no te desaliente este comienzo, porque no tendrás que bajar de la bici el resto de la ruta.

Altos de Abodi

Para mí mi tramo favorito. El terreno suave y herboso frena un poco el avance exigiendo un punto extra de esfuerzo, pero la recompensa merece la pena.

La sierra de Abodi te ofrecerá una panorámica de 360º, con el dentado horizonte del Pirineo navarro de frente.

Si estás atento, podrás “jugar” a descubrir varios dólmenes, que pasan bastante desapercibidos entre el resto de placas de piedra de la sierra.

Centro de Montaña Irati-Abodi

Descendiendo, dejarás la cresta de Abodi, para ir encontrando las primeras manchas de bosque, hasta toparte con la carretera que sube el puerto de Larrau.

En el lugar se levanta el moderno edificio del Centro de Montaña Irati-Abodi donde podrás tomar fuerzas justo antes de sumergirte en el corazón de la Selva de Irati.

Pisteando en las entrañas de Irati

Ciclista rodando junto a arroyo

La pista de tierra fina serpentea junto al río Urtxuria, que se abre paso entre un denso bosque de hayas y abetos.

Desde el manillar de la bici se van desvelando, imponentes y verticales planos de árboles, con las cumbres de los montes asomando de fondo.

Por momentos te vas a pensar rodando en Canadá y que detrás de la primera curva te puedes dar de bruces con un alce o un oso.

Recorriendo el tramo me entraron unas ganas tremendas de acampar junto al río. Desafortunadamente, no está permitido, pero oye, si eres discreto (escóndete), pernoctas al anochecer, te vas al amanecer y SOBRE TODO eres respetuoso y no dejas huella (ya no digamos basura)… ¿por qué no?

Single Track

single track en Navarra

Dejando la pista ancha, te propongo un descenso por un pequeño sendero que conecta con la carretera a Casas de Irati. Sin gran dificultad técnica, te permitirá disfrutar de algún saltito, peraltes, raíces y otros “pasatiempos” más que asumibles con una gravel.

Casas de Irati

Conocidas también como Casas del Rey, fueron cuartel militar dedicado a proteger la importante industria maderera de la región. Hoy centro de visitantes, encontrarás un restaurante, uno de los centros BTT con taller y alquiler de bicis o la ermita Virgen de las Nieves.

Embalse de Irabia

ciclista encima de camioneta

En nuestro caso se nos hizo tarde y regresamos a nuestra furgo ascendiendo el Paso de Tapla por la pequeña y revirada carretera de montaña. Si dispones de tiempo, es totalmente recomendable dar la vuelta al embalse. Podrás diseñar la ruta fácilmente en Komoot o siguiendo las indicaciones propuestas por el centro BTT.

3. Ruta de las cuevas y bosques mágicos

Rozando el final del verano, todavía prevalece el verde intenso de sus enormes hayas trasmochas. Seres fantásticos como la diosa Mari, Basajaun (el Sasquatch vasco) o los Gentiles (gigantes), pueblan estos bosques, cuevas y roquedales que parecen sacados de un cuento.

Una ruta sencilla, que sin gran esfuerzo nos muestra algunos de los rincones más bonitos y mágicos de la meseta de Urbasa.

Lugares favoritos:

  • Cueva de los Cristinos – espectacular cueva con lago y riachuelos subterráneos. No olvides llevar una buena linterna o frontal contigo. 
  • Bosque Encantado de Artea – uno de los dos “bosques encantados” de Urbasa. Laberínticas formaciones de roca kárstica.
  • Fuente de agua potable – un tesoro en días que aprieta el calor.

Los primeros 10 kilómetros de la ruta alternan pistas de tierra en buen estado y una pequeña carretera asfaltada y completamente vacía. En el camino te acompañarán grandes hayas trasmochas, algún pinar, sotobosque y pastos con sus bordas (cabañas de pastores).

Del mismo modo es muy probable que te cruces con algún poni de raza autóctona, Pottoka o caballito en euskera.

Cueva de los Cristinos

Puede que su entrada un tanto empinada te dé un poco de respeto, pero la realidad es que no tiene gran dificultad y una vez dentro, llegar a la primera sala ya va a merecer la pena.

Nosotros intentamos llegar hasta el lago subterráneo, pero al ir un poco justos de luz, no tener ningún croquis y desconocer el camino decidimos no avanzar más allá de la segunda sala.

Bosque Encantado de Artea

Muy cerca de la cueva de Los Cristinos te toparás con el precioso laberinto de torres de roca, musgo y hayas. Mi favorito de los dos bosques encantados que puedes visitar en la sierra.

Si sigues el track, el regreso al punto de partida lo harás por pistas un poco menos transitadas y precisamente por eso, con un punto extra de belleza donde a las hayas sumamos algunos viejos robledales.

Antes de realizar estas rutas

La bicicleta: Un gran porcentaje de las rutas transcurre por grava o tierra. Una gravel con rodado 700 35c y taco lateral supuso un buen equilibrio entre los tramos rodadores y los más técnicos. 

Agua y comida: Navarra cuenta con extensas regiones despobladas o sin agua, especialmente en la ruta de Bardenas. Planifica bien estos dos aspectos y carga siempre agua extra en tus bidones.

Clima: En esta región las estaciones del año están bastante marcadas, por eso evita la ruta del desierto de Las Bardenas durante el verano. La Selva de Irati será inaccesible en bici durante los meses de invierno.

Fotografía Álvaro Teixeira

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