La selva de Irati es el segundo bosque de hayas y abetos más grande de Europa, y muy bien conservado gracias a una explotación respetuosa de los vecinos de los valles. En esta ruta, nos sumergiremos en bosques, valles y montañas característicos del Pirineo Navarro, y tal como hacían antiguamente los contrabandistas y, hoy en día, los peregrinos del Camino de Santiago, cruzaremos la frontera por caminos poco transitados que nos regalarán imágenes que solo los que se aventuren fuera de las rutas más clásicas podrán disfrutar.
En esta ruta, cruzaremos dos veces la frontera entre España y Francia. La primera por el collado de Sorogain, en dirección a Baigorri, y la segunda entre las localidades de Esterenzubi en el norte y Orbaizeta en el sur. En esta última, nos enfrentaremos a la temida subida al collado de Organbide.
A la hora de plantearnos esta ruta, retrasamos lo más posible la fecha acordada, puesto que el objetivo de esta ruta, aparte de conocer el corazón de los pirineos navarros, era conocer la selva de Irati en todo su esplendor. A mediados de otoño, el bosque se transforma en un crisol de ocres, naranjas y rojos antes de dar paso a la caída de la hoja y al duro invierno de montaña, un espectáculo que no nos queríamos perder.
Día 1 – de Sorogain a Baigorri / Saint-Étienne-de-Baïgorry
Puntos de interés
- Albergue de Sorogain: un albergue de montaña guardado, que se encuentra en una zona privilegiada, a los pies del monte Adi. Recomendamos llamar para reservar, sobre todo fuera de temporada, ya que los horarios se restringen en los meses de invierno.
- Mirador valles de Aldude: a tres kilómetros del inicio de la etapa, y tras una curva cerrada, se nos presentan los valles de Iparralde (zona vasco-francesa).
- Urepel: pueblo típico del pirineo Navarro, donde poder comprar queso o viandas de una variedad autóctona de cerdo, el euskal-txerria. Además, este fue lugar de nacimiento del bertsolari Xalbador, el pastor de Urepel, uno de los más famosos bertsolaris (improvisadores populares de versos cantados en euskera). A la entrada del pueblo podéis encontrar un bar-restaurante de ambiente euskaldun famoso por las cantidades de sus raciones.
- Baigorri/Saint-Étienne-de-Baïgorry: pueblo destacado de la zona, no solo por sus dimensiones, sino por el puente románico sobre el río que da nombre al pueblo, y una famosa fiesta que se hace el último domingo de abril: Nafarroaren Eguna.
Con un poco de emoción y muchas más ganas conseguimos juntarnos una cuadrilla excepcional para una ruta fuera de lo común. Tras los abrazos iniciales, comenzamos a plantear la ruta del día siguiente.
Les había convocado sin darles demasiadas explicaciones, pero cuando hay motivación y ganas no hace falta mucho más. Tras comprobar la ruta sobre el mapa en Komoot y compartirla, cenamos en el albergue de Sorogain en el que pasaremos la noche. Entre risas comentamos el pronóstico del tiempo, que según la fuente, puede ser desde nevadas intensas hasta cielos despejados; así es el tiempo en los Pirineos. Pero como las últimas semanas habían sido muy primaverales, nos acostamos con muy buenas sensaciones para la mañana siguiente.
Comienzo de ruta y primer paso fronterizo
Nada más abrir la ventana vemos la primera sorpresa… ¡Está nevando! Y una nieve que empieza a cuajar en los alrededores. Hablamos con la pareja que lleva el refugio, y ellos están tan sorprendidos como nosotros, ¡hace unos días aún andaban en bermudas!
Nos tranquilizan comentando que una vez cruzado el punto más alto, en el valle al que nos dirigimos, ni siquiera está lloviendo. Nos armamos de valor, nos ponemos toda la ropa que podemos para protegernos de la nieve, y cuando vamos a ponernos en marcha, el sol hace acto de presencia. Pues nada, ¡vamos allá!
La ruta comienza en una suave pendiente de tres kilómetros que nos dejará en la frontera entre España y Francia. Una valla para ganado y señalizaciones de varios GR, así como un panel indicador, es lo único que marca este punto fronterizo en el país de los vascones.
Estos pasos, antiguamente guardados por gendarmes y policía española, han dado más de una historia. Algunas de ellas cómicas, debido al uso que hacían contrabandistas para transportar los diferentes productos apreciados en ambos lados de la frontera, como alcohol y tabaco… pero también bordados, sal, o cualquier otro producto de uso cotidiano. La picaresca se agudizaba para poder seguir con el “comercio de estraperlo” en estos valles.
Es fácil imaginarse a los contrabandistas cruzando a un lado y al otro de la frontera, porteando a la espalda, sobre mulas o en coche, esas mercancías, y así sacar un sobresueldo para poder llegar a fin de mes. Y así, mientras inventamos historias de contrabandistas, gendarmes y guardias civiles, llegamos a una curva cerrada que nos muestra la belleza de los valles y montañas de los Pirineos.
Aprovechamos la ocasión para regalarnos la vista y tomar unas fotos de recuerdo. Para nuestra fortuna, también pudimos comprobar que, efectivamente, en el valle al que nos dirigimos el tiempo es bastante mejor.
Urepel y su más famoso vecino
Tras una larga bajada llegamos a Urepel, pueblo típico de la zona, en el que la principal actividad económica es el pastoreo y la producción de queso. Su queso no solo es famoso en la zona, sino también en Francia y otras regiones de España. Pero este pueblo es mejor conocido por ser la cuna de uno de los bertsolaris más famosos de todos los tiempos, Fernando Aire Etxart, Xalbador, el pastor de Urepel.
Tras parar en uno de los dos bares-restaurantes y juntarnos con el “equipo de apoyo” (aquellos que han preferido pasar de las bicicletas y acompañarnos en la aventura a su manera) seguimos la ruta, abandonando la carretera y tomando a la salida del pueblo una tranquila pista que transcurre paralela a la carretera hasta el pueblo de Banca. Ahí, tomamos la carretera sin apenas tráfico y disfrutamos del entorno hasta Baigorri.
Baigorri / Saint-Étienne-de-Baïgorry
Finalmente, llegamos al pueblo de Baigorri. Después de visitar la iglesia y hacer una parada obligada en el puente románico sobre el río Baigorri (baigorri significa río rojo, debido a que en época de lluvias el agua se tiñe de un color rojizo) nos acercamos, junto a nuestro amigo Guillen, a ver un partido de pelota vasca en la modalidad de trinquete.
Tras disfrutar del espectáculo, Guillen nos invitó a tomar algo a su casa y a dormir en una borda (casa de pastores en la montaña) de su familia. Aceptamos encantados, y nos dirigimos a la borda, ¡no podemos desaprovechar la oportunidad!
Pernoctar de lujo
Después de una subida de aúpa llegamos a la borda de montaña, justo en el trayecto del GR11 que cruza los Pirineos. Nos sorprende la comodidad de la cabaña, pero sobre todo su localización.
Desde este punto, podemos ver a lo lejos Donibane-Garazi, capital de la zona y una de las ciudades catalogadas como una de las más bellas de Francia y lugar al que llegaremos a la mañana siguiente temprano. Además, podemos ver como se dibuja la mayor parte de la ruta que haremos.
Aprovechamos, como no podía ser de otra manera, para hacer una parrillada, cenar como nos merecemos, y planificar la ruta del día siguiente.
Día 2 – De Baigorri/Saint-Étienne-de-Baïgorry a Orbaizeta
Puntos de interés
- Donibane-Garazi/San Juan de Pie de Puerto: capital del territorio histórico de la Baja Navarra, situada dentro del departamento de Pirineos Atlánticos. Esta ciudad está catalogada como una de las más bellas de Francia, tanto por sus murallas, como por su casco histórico y su emplazamiento. Un buen lugar donde perderse entre callejuelas, y, por qué no, probar las especialidades de la zona: queso, postres, pan, embutidos…
- Col d’Orgambide y cueva de Harpea: justo en la frontera se halla este collado, una zona abierta y extensa que se utiliza como zona de pastos en verano. También podréis ver las marcas de Eurovelo 3, ruta cicloturista que enlaza con Santiago de Compostela. Desde este punto, y rápidamente, os podréis acercar a la cueva de Harpea, una cueva enclavada de manera imponente bajo un conjunto de rocas. Esta impresionante cueva tiene un fuerte componente mitológico para los habitantes de la zona.
- Refugio abierto de montaña: Tras comenzar la bajada desde el collado, podréis encontrar justo al lado de la pista un buen refugio de montaña, equipado y con un buen mantenimiento. Puede ser un buen lugar para tomar un descanso, o incluso para pernoctar.
- Fábrica de Armas de Orbaizeta y quesería: justo al término de la pista, y tras pasar un paso canadiense, se encuentra la que en su día fue la Real Fábrica de Armas de Orbaizeta erigida por Carlos III en 1784. Tras innumerables vicisitudes, como la destrucción parcial por parte del ejército francés durante la Guerra de Independencia o los litigios de los vecinos y vecinas del valle con los militares que habitaban en ella, la fábrica sufrió un incendio en 1884, año en que cesó su productividad. Hoy en día los trabajos de recuperación continúan, y se puede visitar y conocer su historia gracias a los paneles informativos que se han instalado en varios puntos. Justo encima de la fábrica, nos encontraremos con un caserío en el que se puede degustar y comprar el que para muchos seguramente será el mejor queso de oveja del valle.
Volvemos a Baigorri
El sol nos da los buenos días con una imagen de postal, el valle que tenemos a nuestros pies se encuentra entre una perezosa bruma que se resiste a abandonarlo. Nos quitamos la pereza de encima aprovechando la bajada hasta Baigorri. Pocas veces nos toca comenzar la ruta en bajada y no perdemos la oportunidad de disfrutar.
Una vez en Baigorri, partimos hacia Donibane-Garazi, donde hemos quedado para tomar un café y sacarnos unas fotos con amigos. Vamos acercándonos por una suave carretera que, excepto alguna pequeña rampa, nos lleva en llano y con tranquilidad hasta Irulegi. Aquí es evidente como las laderas de los montes cercanos se han empezado a llenar de viñedos. En el camino, charlamos tranquilamente mientras disfrutamos de unos rayos de sol que pronto desaparecerán.
En el camino de los peregrinos
Casi sin darnos cuenta aparecemos en Donibane-Garazi, capital de la Baja Navarra. La ciudad amurallada, sus puertas de defensa, así como su iglesia y su mercado de productos de la zona (que se celebra todos los lunes) son de visita obligada.
Después de encontrarnos con los amigos, y saliendo por el mismo camino que han utilizado los peregrinos durante siglos, decidimos continuar la ruta hasta Esterenzubi. Aquí decidimos hacer una parada en su frontón para comer algo, antes de la temida subida a la cueva de Harpea.
Cogemos fuerzas, rellenamos los botellines de agua y nos preparamos para los kilómetros de subida. Pero antes de lo que parece, aparecemos en el collado, y visitamos, esta vez desde la lejanía, la cueva de Harpea.
Seguimos nuestro trayecto para bajar a Orbaizeta. Nos llama mucho la atención este lugar desde que nos han hablado de su quesería y nos lanzamos cuesta abajo. En pocos minutos aparcamos la bicicleta enfrente del baserri, pero esta vez no ha habido suerte. Han vendido toda la producción y hasta marzo no habrá queso ¡Tendremos que volver en esas fechas!
Nos queda poco para finalizar esta etapa, así que nos damos una vuelta por la fábrica de armas. Eder, que trabaja en un museo minero, se muestra muy interesado en todo lo referente a la historia de la minería de hierro, a fraguas y ferrones.
Orbaizeta
Casi en la hora mágica, decidimos continuar la ruta hasta el que será nuestro destino final de este día, el pueblo de Orbaizeta. Allí hacemos parada, y comenzamos a preparar la visita al corazón de la selva de Irati, aunque para nosotros, llevamos kilómetros recorriéndola.
Día 3 – De Orbaizeta a Aurizberri/Espinal
Puntos de interés
- Orbaizeta: pequeño pueblo con servicios, en los que podéis dejar los vehículos para acercaros hasta la selva de Irati y disfrutar no solo del bosque, sino de todos los itinerarios de BTT que, bien señalizados, nos mostrarán las maravillas de la zona.
- Selva de Irati por Valle Aezkoa: obligado acercarse a este lugar, no os podéis ir de esta zona sin hacer aunque sea una rápida visita. Si os acercáis en coche deberéis pagar entrada, pero en bicicleta la entrada es gratis, ¡aprovechad la oportunidad!
- Monasterio de Roncesvalles: lugar mítico no sólo para los peregrinos que comienzan aquí su recorrido hasta Santiago, sino que también es un lugar destacado dentro de la literatura e historia francesa, ya que, supuestamente, aquí se encuentran enterrados los restos del conde Roldán, muerto en la batalla de Roncesvalles. Merece la pena la visita al osario y la colegiata. También hay una posada, que hoy en día es un bar-restaurante con un buen servicio.
- Bar/Restaurante/Alojamiento bikefriendly: en el punto final de la ruta podéis encontrar alojamiento en un bar-restaurante bikefriendly. ¡Y eso siempre es de agradecer para devolver las bicicletas a casa en buen estado y limpitas!
En el corazón de la Selva de Irati
Con las agujetas del día anterior nos adentramos en el corazón de la selva de Irati. A la entrada, controlada por guardas y en la que es necesario pagar entrada, vemos el mapa de la zona en la que se marcan varias pistas de BTT.
En esta ocasión, decidimos saltárnoslas y vamos sin rumbo fijo, situando la mirada a ratos en las pistas y a ratos en los árboles que nos rodean. Tenemos la suerte de oír y ver un pájaro carpintero, que abundan en la zona, y si se presta un poco de atención no suele ser raro disfrutar de esa experiencia.
Llegamos hasta el embalse de Irabia, y aunque tenemos ganas de rodearlo, sabemos que aún nos quedan kilómetros por delante y lugares que visitar, así que decidimos darnos la vuelta.
Volviendo sobre nuestras rodadas, volvemos a Orbaizeta y bajamos hasta Betolegi, una zona de esparcimiento con un área de baño natural. Si no fuese porque ya la temperatura no acompaña, habríamos aprovechado sin duda.
Vemos a unos cuantos recolectores de hongos, que es un producto muy apreciado en la zona, y que en los últimos años se han comenzado a proteger acotando las zonas y los kilos de recolección. La explotación, no solo de la madera, sino de sus recursos naturales, ha de ser equilibrada, y en esta zona conocen muy bien esa experiencia.
Tras los pasos de los peregrinos
Una vez que pasamos el pueblo de Garralda, y antes de seguir por carretera, nos adentramos en una pista parcelaria que nos acerca hasta el destino estrella de hoy: Roncesvalles.
Al entrar en el pueblo nos damos cuenta de que las casas están a ras de la carretera, y en ambos lados de la misma se encuentran unos profundos caños que sirven para arrastrar el agua, sobre todo del deshielo. Con un ojo puesto en el borde de la carretera, enfilamos los últimos kilómetros y nos acercamos a la colegiata.
Alrededor de la colegiata hay un par de bares y restaurantes, y aparte de un aparcamiento no existe nada más en esta zona. Aun así, hay mucha más gente de la que debería, sobre todo turistas, y cómo no, peregrinos.
Nos damos una vuelta por la iglesia, el albergue y el osario, ya que lo que más nos llama la atención es la historia de la batalla de Roncesvalles. Durante esta batalla, en el año 778 el ejército de Carlomagno fue derrotado por los vascones. Una leyenda que es de obligado estudio en las clases de literatura francesas. Tras dar una vuelta y perder algo más de tiempo en la terraza, vemos como el sol se está ocultando y ponemos rumbo al final de la etapa, Aurizberri/Espinal.
Allí, en el bar de la localidad, nos juntamos con Ana y Niko, dos vecinos que nos invitan a entrar en su casa a compartir con ellos una merienda. Después de una amena charla, nos invitan a hacer una visita a otra de las queserías de la zona, que se encuentra justo al lado de su casa.
Nos vamos con la sensación de haber recorrido y conocido uno de los rincones más bellos, no solo del País Vasco, sino de todos los Pirineos. Y seguramente… ¡No va a ser la última vez que vengamos por aquí!
Preparativos
El agua es abundante en esta zona, y encontraréis fuentes con agua fresca cada pocos kilómetros. Con la comida, otro tanto de lo mismo, no habrá problema en abastecerse en el camino. Punto aparte es el queso, gran producto de la zona… ¡Informaos y escoged bien, ya que la oferta es abundante!.
El tiempo en los Pirineos es imprevisible, como bien pudimos comprobar. Aconsejamos consultar webs especializadas en la previsión meteorológica en montaña.
Para quién es esta ruta
Esta es una ruta fácil, excepto la subida desde Esterenzubi/Esterençubi a Harpea, ya que el desnivel es considerable. Aunque la pista de asfalto facilita las cosas, nadie nos quitará los kilómetros de subida que no dan mucho descanso.
Mejor época para hacer esta ruta
Este trayecto se puede hacer prácticamente en cualquier época del año. Sin embargo, si queréis ver la naturaleza en todo su esplendor, os aconsejamos visitarla desde principios de abril -con una explosión de verdes asombroso- a principios de noviembre -donde el color ocre-anaranjado-rojizo de los bosques os dejará con la boca abierta.
Esta ruta, casi en su mayoría, se puede hacer con cualquier tipo de bicicleta. Pero, si de verdad queréis disfrutar de los bosques de Irati, os recomendamos una bicicleta tipo gravel o MTB.
Dónde dormir
Tanto en Donibane-Garazi como en Aurizberri/Espinal disponen de campings muy bien equipados y a unos precios muy ajustados.
Por su parte, en Sorogain, además del refugio, hay zonas de merenderos que también nos servirán para pernoctar. Recordad que la acampada libre no está permitida y solamente se puede poner la tienda de campaña desde la puesta hasta la salida del sol. Y es mejor ser estricto con el horario que recibir una amonestación económica.
Si como nosotros sois aficionados a la micología, en el albergue de Sorogain venden permisos para recogida de hongos. No os la juguéis, pues la multa es cuantiosa.
Fotografía Asier Arroita Lafuente
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