En plena estación de otoño, teníamos tres días libres para recorrer una de las rutas de nuestra “lista de deseos”. Nos apetecía pedalear alguna ruta en gravel y la zona de la sierra del Montsec se presentó como una opción muy tentadora. Sólo hacía falta investigar un poco la región y ver la ruta que un amigo de un amigo había diseñado.
En pocas horas, nos pusimos manos a la obra: ruta cargada en nuestro GPS, una muda de ropa y cuatro utensilios más. Con todo listo y muchas ganas conducimos hacia el punto de inicio, al pueblecito de Àger.
La ruta que nos propusimos tenía más de 7000 metros positivos de desnivel y unos 330 kilómetros. Tanto Ricard como yo decidimos que era una buena opción ir lo más ligero posible y dormir en hostales.
La decisión era clara, pero la logística más complicada, ya que los pueblecitos por donde transcurre la ruta disponen de pocas opciones de alojamiento en esta época del año. Hicimos unas llamadas para asegurarnos que al menos nos podríamos alojar la segunda noche en el único hostal abierto de Vilanova de Meià.
Tal y como he comentado, la ruta estaba ya creada, y la seguimos casi de forma íntegra. En la página oficial de la ruta se puede encontrar otra ruta más larga y otra pensada para realizarla exclusivamente con bicicleta de montaña, así como una para los amantes de la bicicleta de carretera. La ruta, ideal para hacerse en bicicleta de gravel transcurre entre las comunidades autónomas de Aragón y Catalunya y da la vuelta completa a la sierra del Montsec.
Se trata de una zona con rincones poco conocidos, incluso por los mismos autóctonos, los aragoneses y los catalanes. La sierra del Montsec es un espacio natural protegido y toda la zona es muy apreciada por los amantes de los deportes de montaña y de aventura. En sus ríos, barrancos y pantanos se pueden practicar deportes como el remo en canoa o kayak, la escalada, la espeleología, el parapente o el ala delta. Así mismo, su red de caminos y pistas invitan a los senderistas y a los ciclistas a descubrir un entorno de pueblos, ermitas, castillos, buena comida y pura naturaleza.
La etimología de Montsec proviene del latín “montem sectum” y hace referencia a la verticalidad del Montsec; se podría traducir por “montaña cortada”. Es realmente una zona especial.
*Es una ruta particular en el sentido que es de gravel, pero uno tiene que saber manejar bien la bicicleta. El Montsec se caracteriza por ser una zona con mucha piedra, sobre todo lo que concierne a la primera jornada.
Día 1 – De Àger al Puente de Montañana
Puntos de interés:
- Presa de Canelles: El Montsec, también, se caracteriza por estar rodeado de muchos pantanos, unos más grandes que otros, pero la vista desde abajo de la presa de Canelles es a la vez curiosa y sorprendente.
- Vistas al Montsec d’Ares y al Montsec de Rubies: La sierra del Montsec está formada por distintas sierras calcarias y tiene una longitud de más de 40 kilómetros. En un punto de la jornada se pueden percibir claramente dos de los sectores, el Montsec d’Ares y el Montsec de Rubies, divididos por un congosto.
- Estopiñan del Castillo: Pueblo que vivió al abrigo de un castillo hace más de un siglo. Actualmente, destaca la iglesia gótica aragonesa con una maravillosa torre de dos cuerpos con ocho caras del siglo XVI.
De Catalunya a Aragón
Salimos de Àger en un día de cielo azul y sin nubes. La niebla suele ser una buena amiga en las primeras horas de la mañana en la sierra del Montsec, pero la mañana amaneció despejada.
Las primeras pedaleadas nos llevaron al Coll d’Àger, siguiendo una pista muy bonita y sin tocar el asfalto. En el collado, hay un restaurante donde no paramos, ya que llevábamos muy pocos kilómetros, pero se tiene que tener en cuenta, ya que durante la jornada son pocas las ocasiones en qué uno va a poder abastecerse.
Tras algunos kilómetros de asfalto, y otra pista con magníficas vistas nos condujo hacia la comunidad autónoma de Aragón. La jornada no fue precisamente de gravel al 100 %. Algunos tramos, en concreto tres, fueron tramos de mucha piedra y más propios de recorrer en bicicleta de montaña.
Por ejemplo, la bajada a la presa de Canelles se encuentra cerrada y la pista alternativa de bajada es un auténtico pedregal. Aun así, las vistas a la presa desde la base son curiosas.
Pedaleando entre pueblecitos
Después de unos cuantos kilómetros y desnivel acumulado en las piernas, encontramos un bar abierto en el pueblecito de Estopiñan del Castillo. No podía estar en un mejor lugar. Paramos, comimos y cogimos fuerza para afrontar la segunda parte de la jornada.
Seguimos pistas de arcilla rojiza y después de pasar por el lado del pueblo de Estaña, nos agradó observar la laguna del mismo nombre, una laguna cárstica, que no recibe ningún afluente. La evaporación de sus aguas es compensada por las aguas subterráneas.
Fuimos avanzando y ya con las últimas luces del día llegamos a Puente de Montañana donde nos alojamos en el único hostal abierto. No te preocupes, en época alta hay más opciones para alojarse.
Ricard y yo, estábamos expectantes de cómo sería la siguiente jornada. ¿Sería otro día el cual, a menudo, nos acordaríamos de la bicicleta de montaña que tenemos en casa? ¿O sería una jornada más tranquila?
Día 2- De Puente de Montañana a Vilanova de Meià
Puntos de interés:
- Puente de Montañana: Pueblo medieval con menos de 100 habitantes, conocido por ser un punto de parada para muchos turistas que transitan hacia el Pirineo y donde paran a comprar cocas (dulce típico). Nosotros no podíamos salir sin desayunar coca. Así que escogimos una rellena de calabaza, que además de buenísima, nos proporcionó la energía necesaria para afrontar esta jornada.
- Pantano de Terradets: Es una de las presas que configuran el sistema de generación de energía eléctrica y de reservas de agua del río Noguera Pallaresa. Una presa que durante los meses de invierno se caracteriza por la niebla de las primeras horas de la mañana.
- Estany gran de Basturs: Lago circular de origen cárstico. Fue escenario en 1938 de uno de los episodios más violentos en Catalunya de la Guerra Civil española.
L’Estany gran de Basturs
La segunda jornada fue de gravel de verdad. Los tramos de piedra suelta quedaron ya en la memoria del primer día y pudimos disfrutar de caminos donde rodar con una bicicleta de gravel cobraba todo su sentido.
Las pedaleadas de la jornada nos llevaron a bordear el pantano de Terradets con sus tonos típicos de otoño. Comimos unos bocadillos en el pueblo de Tremp, núcleo urbano con varios servicios y por la tarde, pudimos disfrutar de l’Estany gran de Basturs.
Se trata de un lago circular de origen cárstico, que debido a su elevado contenido en calcio hace que condicione la existencia de especies vegetales y animales muy singulares. Por ejemplo, en sus aguas habitan una planta carnívora flotante o un pez en peligro de extinción en Catalunya, la madrilla roja.
Vilanova de Meià y la mascota del hostal Cirera
Llegamos a Vilanova de Meià con las últimas luces del día, con una luna llena brillante que nos deleitó hasta nuestra llegada al hostal. Esta pequeña población, en Catalunya, tiene poco más de 400 habitantes, pero es conocida mundialmente por ser una meca de la escalada. Las paredes de roca omnipresentes en Vilanova de Meià son un auténtico regalo para la vista y la ruta que seguimos pasa entre ellas antes de llegar al pueblo.
Nos alojamos en el hostal Cirera, donde pudimos cenar y desayunar. En el restaurante, lugar de encuentro de escaladores y también de los jubilados que se reúnen cada tarde para jugar a las cartas, tienen un animal de compañía un poco curioso. Se trata de una codorniz que se pasea libremente entre las mesas y sillas del local, incluso se puede llegar a sentar en una de las sillas libres de la mesa, convirtiéndose en un comensal más.
Día 3 – De Vilanova de Meià a Àger
Puntos de interés:
- Montmagastre: El Castillo de Montmagastre fue uno de los referentes más importantes durante la Edad Media. Se dice que fue el castillo más nombrado cuando se hablaba de hazañas y batallas durante la Reconquista. Nosotros pudimos disfrutar durante un rato de las vistas, ya que se ubica en un monte de 763 metros de altura.
- Panadería Forn Serra en Artesa de Segre: Es toda una institución en la zona. Una panadería donde venden todo tipo de “coca de recapte” (como una focaccia, típica de Catalunya) y croissantes gigantes. Parada obligada en la ruta.
- Pantano de Sant Llorenç de Montgai: Otro pantano que ofrece una vista espectacular de la Pared del Oso, un sector de escalada que forma parte del desarrollo de la escalada en nuestro país. Recibió los primeros escaladores ya en la década de los años 50.
Fluyendo por el Montsec
Los primeros kilómetros del tercer día transcurrieron por asfalto y por carreteras muy estrechas y terciarias que ya conocíamos. Sin embargo, fue un placer volver a pedalear por estos rincones.
Fue uno de esos días que me dejé seducir por el ambiente, el paisaje, los sonidos de la naturaleza, los colores otoñales… Sin darme casi ni cuenta, habíamos avanzado muchos kilómetros; de esas jornadas que fluyes pedaleando, que tu cuerpo está haciendo girar los pedales y tu alma está en otra parte.
Una extraña sensación, gratificante, pero que a la vez en algunas ocasiones no percibes parte del entorno, ya que tu mente está a años luz del Montsec. ¿Será que el Montsec tiene alguna energía especial? ¿O simplemente era uno de aquellos días en los cuales la mente quería ganar al cuerpo?
Sea cual sea la respuesta, pudimos percibir la belleza a nuestro paso por las laderas del castillo de Montmagastre, el pantano de Sant Llorenç de Montgai y sobre todo, más adelante, la cueva del Sant Cap (Santo Cabeza) con la ermita del mismo nombre.
Un sitio muy curioso y con unas vistas que te sorprenderán. Aunque la pereza y el cansancio te puedan ganar cuando llegas a dicho punto, vale mucho la pena el esfuerzo y desviarte hasta la puerta de la ermita.
Y, por supuesto, no puedo olvidarme de la maravillosa pista de gravel de Camarassa a Santa Linya. Un regalo precioso de final de ruta.
Así, llegamos al punto de partida, Àger, contentos y satisfechos al punto de partida. Y la historia se volvía a repetir: queríamos más, queríamos más bikepacking.
Información a tener en cuenta
Hemos pedaleado la ruta Montsec Loop en tres días, un total de 336 kilómetros y 7011 metros positivos. Es una ruta exigente, que se puede dividir en más jornadas. Es totalmente desaconsejable pedalearla durante los meses de verano debido a las altas temperaturas.
La bicicleta ideal para esta ruta
Nosotros optamos por la bicicleta de gravel, pero es totalmente viable ir con una bicicleta de montaña. Incluso puede ser una opción mucho más cómoda para el primer día de la ruta descrita.
Preparativos
Durante la ruta se encuentran distintos puntos para rellenar agua y sitios donde comprar y/o comer. Aun así, uno tiene que programar bien las paradas. Como nuestro propósito era ir ligeros, decidimos alojarnos en hostales y comprar la comida durante el día.
Es importante llamar con antelación para reservar y saber si los alojamientos están abiertos, sobre todo si se realiza la ruta en temporada baja. Toma en cuenta que los pueblos por donde transcurre la ruta son pequeños. Por ejemplo, en Vilanova de Meià, donde pasamos nuestra segunda noche, solo disponía de un alojamiento abierto, como he descrito más arriba.
Fotografía Ricard Calmet
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