La cadena de tu bicicleta es un elemento bastante importante, sin ella no llegarías muy lejos. A pesar de esto no siempre le damos el cuidado que merece. Cuando no le das el mantenimiento adecuado no solamente estás reduciendo su vida útil, sino que además corres el riesgo de dañar los dientes de platos y piñones. ¡No te preocupes! Aquí te compartimos la regla de las 3L’s que te ayudara a cuidar la cadena de tu bicicleta.
1. Limpia tu cadena periódicamente
Una cadena limpia es silenciosa, cambia de velocidad fácilmente y dura más. No esperes a que tu cadena se vea completamente sucia y comience a hacer demasiado ruido. Cada que usas tu bicicleta la cadena acumulando polvo y demás suciedad del camino, aunque aparentemente no esté sucia. La mugre que comienza a acumularse entre las placas y pernos actúa como un agente abrasivo lo que acelera considerablemente su desgaste.
En un mundo ideal, la cadena debería ser limpiada después de cada pedaleada. En la realidad sabemos que esto no pasa. El que tan periódicamente deberás limpiarla depende en gran medida de las condiciones en las que usas tu bici. Entre más expuesta este tu cadena a polvo y agua más seguido deberás limpiarla. Una buena idea para prolongar la vida de tu cadena es darle una limpieza ligera cada semana o después de usarla en la lluvia y una limpieza profunda una vez al mes, por ejemplo. Conforme te familiarizas con tu bici podrás determinar la periodicidad de sus servicios.
2. Mantén tu cadena siempre bien Lubricada
¡No basta con mantener la cadena limpia! Al igual que con cualquier otra parte móvil en tu bicicleta, es muy importante mantener una buena lubricación en todo momento y usar un producto adecuado para hacerlo.
La cadena de tu bicicleta se compone de placas, rodamientos y pernos que están en contacto y en constante movimiento. Por tal razón, si tu cadena no está bien lubricada la fricción será mayor y por ende se acelera el desgaste de la cadena.
Por otro lado, el lubricante también ayuda a repeler el agua y mugre lo que previene la oxidación.
Una buena práctica es lubricar la cadena después de haberla limpiado. Un error bastante común es aplicar lubricante en una cadena que comienza a rechinar sin antes limpiarla. Tu cadena dejará de hacer ruido, pero al mismo tiempo el aceite creará una especie de pasta con la mugre disuelta la cual es bastante abrasiva.
No necesitas lubricar toda la cadena. Basta con aplicar aceite a las partes donde se genera fricción:
- Entre los pernos y las placas
- Parte interior de los rodillos
- Parte en donde las placas exteriores e interiores hacen contacto
3. Mide la Longitud de tu cadena regularmente
El desgaste de la cadena se mide basándose en una variación en su longitud. La fricción entre los componentes de tu cadena genera la aparición de pequeños surcos en los pernos y la deformación del diámetro del orificio de las placas. Este desgaste aumenta la distancia entre perno y perno. Esta distancia (el paso de la cadena) en una cadena nueva tiene 1/2″ y embona perfectamente en los valles entre los dientes de platos y piñones. Al aumentar el paso, los rodillos hacen contacto en las caras de los dientes y por lo tanto estos comienzan a deformarse con la fricción. Cuando los dientes alcanzan cierto nivel de deformación la cadena comenzara a brincar al aplicar fuerza en los pedales o se saldrá de lugar constantemente.
Es importante medir la longitud de tu cadena regularmente para evitar deformar los dientes de platos y piñones. Es mucho más barato remplazar tu cadena de vez en cuando que cambiar el resto de los componentes del tren de potencia, los cuales pueden durar bastante tiempo si se tienen los cuidados necesarios. Existen diferentes métodos para medir el desgaste de tu cadena. Lo más sencillo es conseguir un calibrador de cadena como el CC-3.2 o el CC-2 de Park Tool.
La regla de las 3L’s no solamente te ayudará a prolongar la vida útil de tu cadena, sino que también mantener todo tu tren de potencia por mucho tiempo más. Si requieres más información sobre el mantenimiento de tu cadena te invitamos a que leas nuestra Guía práctica para el mantenimiento de tu cadena.
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